Ciudades del sur de China cerraron escuelas y ordenaron test diagnósticos a millones de personas el martes para intentar contener un nuevo brote de COVID-19 que puede infectar a escolares no vacunados.
Putian, una ciudad de 3,2 millones de habitantes en la provincia costera de Fujian, decretó test para todos sus residentes tras detectar más de cien casos de lavariante delta vinculados a una persona retornada de Singapur.
China ha registrado varios brotes de la contagiosa variante delta en las últimas semanas después de haber controlado la primera ola de la pandemia el año pasado.
Este foco en Fujian es el mayor desde hace semanas y llega después de que el país declarara que había controlado el repunte de la pandemia provocado por la variante delta.
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El jueves, China registró 59 nuevos casos de contagios locales, contra 22 el día anterior, todos ellos en Fujian.
Las autoridades sospechan que el paciente cero es un hombre que había vuelto de Singapur y desarrolló los síntomas tras dar negativo de coronavirus y completar una cuarentena de 14 días.
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Su hijo de 12 años y un compañero de clase fueron de los primeros contagiados justo después de la reapertura del curso escolar.
El virus se ha expandido entre clases, infectando a más de 36 niños, ocho de ellos en edad preescolar, indicaron las autoridades de la ciudad este martes.
China había administrado a fecha del domingo más de 2.000 millones de dosis de sus vacunas contra el COVID-19, lo que permite inmunizar completamente un 70% de su población, indicó la agencia de noticias oficial Xinhua.
Pero la mayoría de niños no están vacunados y las autoridades de Fujian temen que el rebrote se ensañe con este colectivo.
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El gobierno de Putian suspendió el lunes las clases presenciales y la cercana ciudad portuaria de Xiamen hizo lo mismo este martes.