El caso del niño Gabriel Fernández, de 8 años, quien murió luego de que su madre, Pearl Fernández, y el novio de ella lo sometieran a terribles torturas, revivió por estos días tras la decisión que tomó una corte de Los Ángeles sobre la apelación de la mujer a su sentencia.
Fernández, quien se había declarado culpable de homicidio en primer grado, fue condenada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional por los hechos que derivaron en la muerte de su hijo en 2013.
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Sin embargo, en abril de este año, la madre del menor apeló el veredicto señalando que no podría ser declarada culpable de homicidio en primer grado o asesinato en segundo grado debido a cambios recientes en el código penal del estado de California, detalló People.
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De acuerdo con medios estadounidenses, George G. Lomeli, juez de la Corte Superior de Los Ángeles, en respuesta a la petición de la mujer determinó que no tenía derecho a una nueva sentencia por la naturaleza del crimen de Gabriel.
“Ha sido establecido durante su declaración de culpabilidad que el asesinato fue intencional e involucró la imposición de tortura durante un período de varios meses”, dijo el juez.
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Varias personas que se reunieron a las afueras del tribunal con carteles con el mensaje ‘Justicia para Gabriel’ celebraron la decisión.
Por estos hechos, Isauro Aguirre, novio de Pearl, fue condenado a muerte y su apelación automática ante la Corte Suprema de California está pendiente.
Gabriel Fernández fue hallado muerto el 22 de mayo del 2013. Un documental de la plataforma Netflix reveló los oscuros detalles del maltrato al que el menor fue sometido como golpes y dormir amarrado en un clóset, entre otros vejámenes.
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