Los hermanos Menéndez, Lyle y Erik Menéndez, son conocidos por haber sido condenados en 1996 por el asesinato de sus padres, José y Mary Louise "Kitty" Menéndez,en su casa de Beverly Hills, Estados Unidos, en 1989. Durante el juicio, los hermanos alegaron que cometieron el crimen por temor a que su padre los asesinara, después de que amenazaran con exponerlo por años de abuso sexual, emocional y físico.
Sin embargo, la fiscalía argumentó que lo hicieron para heredar el patrimonio multimillonario de su padre. Por lo que, ambos fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. En la actualidad, Lyle y Erik Menéndez, quienes han pasado casi tres décadas en prisión, volverán a comparecer en un tribunal donde se podría decidir si su condena será modificada.
Ambos, ahora con 56 y 53 años respectivamente, comparecieron ante la corte de Van Nuys, California, aunque solo de forma telefónica debido a problemas técnicos que frustraron una esperada videoconferencia. Esta audiencia, su primera en 28 años, tenía el potencial de ser un hito en el caso, pero terminó siendo breve y sin participación directa de los acusados.
Esta esperada audiencia de resentencia de los hermanos Menéndez, inicialmente programada para el 11 de diciembre, fue aplazada al 30 de enero de 2025. El juez Michael Jesic de la Corte Superior de Los Ángeles explicó que la medida busca dar tiempo al recién designado fiscal del distrito, Nathan Hochman, para analizar los complejos detalles del caso, según un comunicado de prensa del Tribunal Superior de Los Ángeles.
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El asesinato que conmocionó a Estados Unidos
El 20 de agosto de 1989, los cuerpos de José y Kitty Menéndez fueron encontrados en su lujosa residencia en Beverly Hills. Las investigaciones revelaron que habían sido asesinados a tiros, y poco después, sus propios hijos, Lyle y Erik, se convirtieron en los principales sospechosos.
Durante los juicios de los años 90, los hermanos admitieron haber cometido el crimen, pero defendieron su acto argumentando que respondía a años de abuso físico, emocional y sexual perpetrado por su padre, José Menéndez. Sin embargo, los fiscales señalaron que los asesinatos fueron premeditados y motivados por el deseo de heredar la fortuna de la familia.
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El primer juicio, transmitido ampliamente en televisión, concluyó sin un veredicto debido al desacuerdo de los jurados. En un segundo proceso judicial, celebrado en 1995 y exento de cámaras, ambos fueron condenados a cadena perpetua. Desde entonces, los hermanos han permanecido en prisión, donde han sido descritos como "prisioneros modelo".
Nuevas defensas del caso
Los abogados defensores ahora buscan revocar esas condenas basándose en nuevas evidencias. Entre estas destacan cartas de los hermanos que documentan supuestos abusos por parte de José Menéndez. Una de ellas, enviada por Erik a su primo Andy Cano nueve meses antes del crimen, describe el temor y el sufrimiento que vivía.
Otra carta, escrita por Lyle en 1990 desde prisión, refuerza las acusaciones. Además, el testimonio del cantante Roy Roselló, exmiembro de la banda Menudo, aporta una nueva perspectiva. Roselló aseguró en 2023 que fue víctima de abuso sexual por parte de José Menéndez cuando tenía 13 años, según CNN.
George Gascón, el fiscal del distrito saliente, presentó en octubre una moción para reconsiderar la sentencia de los hermanos. Según su propuesta, podrían ser condenados a cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional, lo que abriría la puerta a una eventual liberación, considerando que los crímenes ocurrieron cuando ambos eran menores de 26 años.
La defensa argumenta que estas pruebas son fundamentales para reconsiderar el caso. Según los abogados, si estas evidencias hubieran sido presentadas en los juicios originales, podrían haber cambiado el veredicto. También destacan que los hermanos han cumplido más de 30 años en prisión, la pena máxima permitida por ley para quienes cometieron delitos graves antes de los 26 años, como fue su caso. Por otro lado, señalan que ambos se han rehabilitado durante su tiempo en prisión. Han cursado estudios superiores, trabajado en programas de apoyo a otros reclusos y han mantenido una conducta ejemplar.
¿Qué sigue para los hermanos?
El cambio en el liderazgo de la oficina del fiscal del distrito introduce un nuevo nivel de incertidumbre. Nathan Hochman, quien asumirá el cargo en diciembre, ha señalado en el comunicado de prensa que necesita tiempo para evaluar las pruebas, incluyendo los registros penitenciarios, transcripciones de los juicios y declaraciones de todas las partes involucradas.
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"Antes de tomar cualquier decisión, debo estar completamente informado sobre los hechos y el contexto legal", expresó Hochman. Aunque enfatizó la importancia de actuar con rapidez, también subrayó que su prioridad es asegurar que el proceso sea exhaustivo y justo.
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El caso tuvo un impacto cultural y mediático
El caso de los hermanos Menéndez ha trascendido las cortes para convertirse en un fenómeno mediático y cultural que sigue capturando la atención del público más de tres décadas después. Uno de los elementos clave en esta reactivación del interés ha sido la producción de documentales y series que abordan el caso desde ángulos controversiales.
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Por su parte, Netflix estrenó el documental Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, parte de la popular franquicia de series centradas en crímenes reales. Este programa dramatizó los eventos, generando tanto elogios como críticas. Mientras algunos espectadores valoraron la exploración de los traumas que los hermanos enfrentaron, Erik Menéndez criticó abiertamente la producción, calificándola de "deshonesta" y "sensacionalista".
Y en 2023, la plataforma Peacock lanzó la docuserie Menéndez + Menudo: Boys Betrayed, la cual generó un impacto significativo al incluir las declaraciones de Roy Rosselló, exmiembro de la famosa banda Menudo. Rosselló aseguró que José Menéndez, padre de los hermanos, lo agredió sexualmente cuando tenía apenas 13 años.
El documental de Netflix complementó el enfoque de Peacock al incluir entrevistas con los propios hermanos Menéndez desde prisión. En estas declaraciones, ambos reflexionaron sobre los años previos al crimen, describiendo el abuso constante al que fueron sometidos y cómo esto los llevó a un punto de ruptura. Y la carta escrita por Erik Menéndez en 1988, presentada como prueba en el documental de Peacock, se convirtió en una pieza clave en la moción para reconsiderar la sentencia.