Ocurrió en una ceremonia de firma de libros en la visita a Irlanda del Norte. El rey Carlos III , confundido, preguntó la fecha y se dio cuenta de que había puesto 12 en vez de 13, pero lo que colmó su paciencia fue la pluma, que al parecer soltaba tinta y le manchó la mano.
Impaciente, intentó limpiarse y se manchó más. Su gesto de rabia quedó captado en cámara. Un incidente muy parecido al del día de su proclamación.
Tendrá que aprender a lidiar con las plumas, tintas y tinteros, si algo le toca hacer es firmar documentos.