La Iglesia católica colombiana está de fiesta por su nuevo cardenal, monseñor Jorge Enrique Jiménez , quien recibió este sábado la birreta, el anillo y la bula de manos del papa Francisco en el Vaticano. Nacido en Bucaramanga, y ya en buen retiro, dice que no imaginó que sería revestido con tan alta dignidad.
"Nunca me imaginé. Ya entregué mi Diócesis de Cartagena querida, en la cual estuve casi 18 años, y ya pensaba yo en otras cosas, más en un descanso, en un trabajo más tranquilo, y mi Dios vive dándonos sorpresas", recalca el purpurado.
Se convierte en el décimo cardenal de Colombia, el tercero en la actualidad, junto a los monseñores Rubén Salazar y Pedro Rubiano. "Llevo 56 años de ser sacerdote y no cambio mi servicio, no cambio mi opción. Si tuviera que volver a comenzar, volvería a comenzar como sacerdote", afirma convencido.
Jiménez tiene 80 años, por lo que no podría participar en un eventual cónclave para elegir nuevo papa, pero sí que tendría mucha influencia.
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"Tener un nuevo cardenal para Colombia significa que el papa conoce nuestra Iglesia y quiere que nuestra Iglesia colabore con la Iglesia universal, porque el cardenal pertenece a la Iglesia universal. Somos cardenales para la Iglesia, no meramente para un país", reflexiona.
Asegura que le gustaría dedicar sus energías para denunciar una de las heridas más dolorosas de la sociedad en todo el mundo. "El narcotráfico yo creo que puede estar en la raíz de las cosas más duras que hemos vivido en Colombia y creo que, lamentablemente, seguiremos viviendo".
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Aprovechando que todos los cardenales están en Roma, el papa Francisco los ha convocado a dos días de reuniones para explicarles la reforma de la Curia vaticana. Será también una oportunidad para que los que no lo han hecho comiencen a conocerse entre ellos, algo definitivo para la futura elección de un nuevo pontífice.
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