Según el diario La Nación de Argentina, Peter Kennedy huyó de Colombia el 18 de julio, poco antes de que se emitiera su orden de captura internacional. Tras una breve estancia en Brasil, llegó a Argentina el 9 de septiembre, ingresando desde Misiones. Se estableció en Córdoba, donde contrajo matrimonio con una joven 35 años menor y también tenía un domicilio en Recoleta.
La detención ocurrió en Mendoza al 1700, en Belgrano, gracias a un operativo de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol. Fuentes policiales informaron que Kennedy había registrado varios domicilios en Argentina, lo que facilitó su localización. Un detective señaló que su matrimonio había sido una estrategia para obtener residencia en el país.
La clave para su captura fue un contacto en una escribanía de la calle Rodríguez Peña, que permitió geolocalizar su teléfono móvil. En el momento de su arresto, Kennedy intentó hacerse pasar por ciudadano austríaco, aunque las autoridades están verificando su verdadera identidad, ya que utilizaba varios documentos.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, describió a Kennedy como un “verdadero monstruo” y aseguró que “este malnacido pagará por cada acto aberrante que hizo”. Su captura subraya el compromiso de las autoridades argentinas en la lucha contra la explotación sexual de menores en la región.
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