La Policía Civil del estado brasileño de Bahía arrestó a cuatro personas implicadas en el homicidio de un hombre y su sobrino por robar carne de un supermercado.
Los arrestos se produjeron en el marco de las investigaciones del asesinato de Bruno y Yan Barros da Silva, quienes fueron encontrados muertos en el maletero de un carro después de hurtar carne de una de las tiendas de la red de mercados Atakarejo, localizada en un barrio periférico de Salvador, capital del estado de Bahía.
Unos 200 policías igualmente cumplieron órdenes de registro y allanamiento en residencias de presuntos involucrados en el crimen, así como en el propio establecimiento, para recabar pruebas "a través de ordenadores y documentos, entre otros electrónicos", según explicó en una nota la comisaria responsable de la investigación, Zaira Pimentel.
El caso se remonta al pasado 26 de abril, cuando los cadáveres de Bruno y Yan, de 29 y 19 años, respectivamente, y quienes eran tío y sobrino, fueron encontrados en el maletero de un carro con señales de tortura y con marcas de varios disparos por todo el cuerpo.
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De acuerdo con la familia y amigos, las víctimas fueron detenidas por los vigilantes del supermercado, cuyas identidades no fueron reveladas, cuando intentaban hurtar cerca de 700 reales (unos 135 dólares) en carne y fueron brutalmente asesinados por traficantes en una favela de Salvador al no conseguir pagar por los productos.
Uno de los hombres llegó a entrar en contacto con una amiga y diversas personas en un intento de recaudar el dinero a fin de que no fuera entregado a los criminales.
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"Me dijo: 'Llama a la Policía para que me detengan, el guardia está entregándome a los traficantes en el aparcamiento. Voy a morir'. Llegué a llamar a la Policía, denuncié que había varios hombres armados en el supermercado, pero no sirvió de nada", contó la mujer al portal de noticias G1, bajo anonimato.
El caso generó conmoción en Brasil, donde ocurrencias así no son inusuales, tal y como sucedió con Joao Alberto y Pedro Gonzaga, que murieron a manos de los vigilantes de seguridad de la red de supermercados Carrefour y la cadena Extra, respectivamente.
El pasado noviembre, Joao Alberto, un afrodescendiente de 40 años, fue asesinado a golpes por dos vigilantes blancos de una tienda de Carrefour localizada en la sureña ciudad de Porto Alegre, lo que generó una serie de protestas antirracistas en diversas ciudades de Brasil.