Cientos de soldados patrullaron el miércoles 10 de enero calles casi desiertas en la capital de Ecuador después de que el gobierno y las mafias de la droga se declararan la guerra entre sí,
dejando a los residentes aterrorizados. Hasta el momento se han reportado 70 capturas.
El presidente Daniel Noboa, de 36 años, dio órdenes de "neutralizar" a las bandas criminales después de que hombres armados irrumpieran y abrieran fuego en un estudio de televisión y bandidos amenazaran con ejecuciones aleatorias de civiles y fuerzas de seguridad.
Menos de dos meses después de asumir el cargo, declaró al país en estado de "conflicto armado interno".
Las bandas criminales también declararon la guerra al gobierno cuando Noboa anunció un estado de emergencia tras la fuga de prisión el domingo de uno de los jefes narcos más poderosos de Ecuador.
Al menos 10 personas han muerto en una serie de ataques atribuidos a pandillas: ocho en Guayaquil y dos uniformados "asesinados brutalmente por criminales armados" en la cercana ciudad de Nobol, informó la policía.
Los mafiosos también secuestraron a varios policías, uno de los cuales fue obligado a punta de pistola a leer una declaración dirigida a Noboa. "Ustedes declararon el estado de emergencia. Nosotros declaramos que la policía, los civiles y los soldados son botín de guerra", leyó el oficial visiblemente aterrorizado.
"Neutralizar" al enemigo
Los militares ecuatorianos tienen la potestad de "neutralizar" a los enemigos gracias al decreto firmado por el jefe de Estado, que ordenó a las Fuerzas Armadas ejecutar acciones militares "bajo el derecho internacional humanitario y respetando los derechos humanos".
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El constitucionalista Rafael Oyarte explicó a la agencia EFE que cuando se emite un decreto de estado de excepción por motivos delincuenciales o grave conmoción interna, las Fuerza Armadas intervienen como fuerza auxiliar de la Policía Nacional. Pero cuando se declara un estado de excepción por "conflicto armado interno", "la situación varía no solo por la causal sino por las características de empleo de la fuerza pública".
"En este caso estamos hablando de que, existiendo un conflicto armado, las operaciones no serán policiales, sino de carácter militar, en las cuales la Policía Nacional opera como fuerza auxiliar, es decir, se invierten los papeles", recalcó.
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Añadió que en un conflicto armado la finalidad no es localizar y capturar a los elementos contrarios sino "neutralizarles", con la "eliminación como un factor extremo, pero básicamente rendir al enemigo".
Neutralizar quiere decir utilizar "la fuerza letal para rendir al enemigo", insistió al aclarar que no se ha autorizado a que haya "masacres o ríos de sangre", con lo que coincide el exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Paco Moncayo, quien subraya que no se ha dado "carta blanca" a los militares.
Grupos terroristas
Al firmar el decreto en medio de una creciente tensión interna, Noboa apuntó que identificó a grupos del crimen organizado transnacional "como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes".
Entre ellos enumeró a los "Águilas, ÁguilasKiller, Ak47, Caballeros Oscuros, ChoneKiller, Choneros, Covicheros, Cuartel de las Feas, Cubanos, Fatales, Gánster, Kater Piler, Lagartos, Latin Kings, Lobos, Los p.27, Los Tiburones, Mafia 18, Mafia Trébol, Patrones, R7, Tiguerones".
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Para el constitucionalista Ismael Quintana, "reconocer a esas bandas ya no como grupos delincuenciales, sino como grupos beligerantes genera un efecto jurídico innegable: Las Fuerzas Armadas tienen total habilitación constitucional para neutralizarlos con la colaboración de Policía".
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