Israel nuevamente bombardeó el campo de refugiados de Jabalia en una ofensiva sin tregua con un elevado costo en vidas de civiles. Según cifras de Hamás, que controla la Franja de Gaza, 26 días de guerra dejan 8.800 muertos palestinos, entre ellos 3650 menores de edad y 22.200 heridos.
Del lado israelí, hoy se confirmó la muerte de 15 soldados en medio de la operación terrestre. También están los 1.400 israelíes muertos, en su mayoría civiles, en el ataque del 7 de octubre y 240 rehenes, de los cuales un número indeterminado murió.
Este primero de noviembre, por segundo día consecutivo, el campo de refugiados de Jabalia fue escenario de miedo, muerte, desesperación y ruina.
Israel volvió a atacar con bombas el poblado enclave. “Estábamos orando en la mezquita cuando escuchamos la explosión y descubrimos que todo había desaparecido. Es una masacre”, indicó un testigo.
Según Hamás, en los bombardeos de este martes, donde al menos 50 palestinos perdieron la vida, también murieron 7 de los más de 200 rehenes israelíes en su poder.
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Y un aliciente en medio de tanta desolación: con la apertura parcial humanitaria de la frontera de Rafah, los primeros heridos de Gaza fueron atendidos por médicos egipcios y trasladados a centros de salud de este país. La OMS advirtió que las cirugías en los hospitales de Gaza, incluso a niños, se están realizando sin anestesia. Los centros de salud se han convertido, además, en refugio de civiles.
“No sé si trabajo en un hospital o un campo de refugiados. Los pasillos del hospital Al-Shifa se han convertido en un hogar para los palestinos desplazados”, señaló el estudiante de medicina Ezzedine Lulu.
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En la ciudad de Gaza, el denso humo que se eleva sobre los edificios es signo de la ofensiva que hoy cumplió su vigésimo sexto día. Por otra parte, en el lado israelí las sirenas y los estruendos de los cohetes alertaron a los residentes de Tel Aviv que el enemigo atacaba. Aún con la catástrofe humanitaria, ninguno de los bandos da muestras de una intención de desescalamiento.
La amenaza de Irán con entrar de lleno a la guerra contra Israel si este no detiene su operación contra Gaza, aumenta las tensiones en la región, y en el mundo. De ahí que el papa Francisco hiciera un llamado.
“Toda guerra es una derrota. Nada se resuelve con la guerra. Son dos pueblos que tienen que vivir juntos, con esa sabia solución de dos estados; los acuerdos de Oslo, dos estados bien definidos y Jerusalén con un estatus especial”, indicó el sumo pontífice. Una solución que no se ve cerca en medio de la espiral de violencia que parece no tener fin.
A la par con la evacuación de los heridos, la apertura parcial del paso fronterizo entre la Franja de Gaza y Egipto permitió la salida de 335 extranjeros o palestinos con pasaporte extranjero. Entre ellos, 5 franceses, 4 italianos, 1 español, varios alemanes y varios estadounidenses.
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El gobierno de Joe Biden, que participó en las negociaciones, aseguró que Hamás no obtuvo concesiones a cambio. Hay cerca de 2.400.000 seres humanos atrapados bajo la furia de los bombardeos. Pero sólo un puñado puede aspirar, por ahora, a escapar.
Centenares de extranjeros o palestinos con doble nacionalidad se agolpaban en el paso fronterizo de Rafah. Buscaban con ansiedad sus nombres en una lista que, en realidad, es la visa de salida de aquella pesadilla. Una lista que es resultado de negociaciones con muchos lados involucrados.
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"Los ciudadanos estadounidenses pueden salir hoy como parte del primer grupo de probablemente más de 1.000 personas. Veremos más de este proceso en los próximos días", enfatizó el presidente Joe Biden.
Un parte de victoria que, sin embargo, aún no está completo y, por desgracia, sujeto a las vicisitudes de esta guerra que sólo empeora. Estados Unidos asegura que no cedió nada a cambio a Hamás.
También se logró la entrada de 59 camiones con ayuda humanitaria, el número más alto en un solo día desde que se inició el corredor humanitario el 21 de octubre. El secretario de Estado, Antony Blinken, volverá este viernes a Israel y a Jordania para tratar de frenar, si no se puede la guerra, por lo menos tantas muertes de civiles.