Al menos 51 personas, incluyendo un niño, murieron este jueves, 5 de octubre de 2023, en un bombardeo de Rusia mientras asistían a un velatorio en un pueblo de la región de Járkov, en el este de Ucrania, un ataque calificado de "espantoso" por una funcionaria de la ONU.
Tras el ataque, periodistas de AFP en el lugar vieron cómo los equipos de rescate sacaban un cadáver de los escombros y colocaban a otros cuerpos carbonizados en bolsas blancas.
El bombardeo tuvo lugar hacia las 13H15 (10H15 GMT) en Groza, un pueblo de 330 habitantes situado en el noreste del país, indicó Oleg Sinegubov, el jefe de la región de Járkov.
Según el ministro del Interior ucraniano, Igor Klymenko, las víctimas se habían reunido en un café para asistir a una ceremonia en honor a un vecino fallecido. El bombardeo también destruyó una tienda en el mismo edificio.
Al acto habían asistido unas 60 personas y entre los 51 muertos hay un niño de 6 años, precisó el ministro, quien advirtió que el balance de víctimas podría subir.
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"Encontraron a mi hijo sin cabeza, sin brazos, sin piernas, sin nada. Lo identificaron por sus documentos", declaró Volodímir Mukhovaty, de 70 años.
El anciano seguía buscando a su mujer y a su nuera, aunque sin mucha esperanza. "Viví 48 años con mi mujer", contó. "No duraré mucho tiempo solo".
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Junto a dos columpios yacían varias partes de cuerpos sin identificar. Los rescatistas, mientras tanto, seguían buscando a posibles sobrevivientes entre los escombros.
El presidente Volodímir Zelenski, actualmente en España para una reunión de dirigentes europeos y denunció "un crimen ruso manifiestamente brutal".
La coordinadora humanitaria de la ONU para Ucrania, Denise Brown, se declaró "horrorizada" por el bombardeo.
"Las imágenes provenientes de este pueblo, en donde viven un poco más de 300 personas, son absolutamente espantosos", escribió en un comunicado.
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Zelenski publicó la imagen de una mujer arrodillada junto a lo que parece ser un cadáver, con varios cuerpos a su alrededor.
El ministro ucraniano de Defensa, Rustem Umerov, afirmó que el bombardeo era una prueba de que Ucrania necesita más defensas antiaéreas "para protegerse del terror". Las fuerzas rusas capturaron extensos territorios de la región de Járkov en los primeros días de su invasión, iniciada en febrero de 2022.
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Desde entonces, las fuerzas ucranianas recuperaron gran parte del territorio fronterizo durante una ofensiva relámpago lanzada a finales del año pasado.
Pero la capital regional, que también se llama Járkov, sigue siendo blanco de bombardeos frecuentes. Las autoridades regionales habían ordenado recientemente evacuar algunas zonas de la región.
Con este ataque, "las atrocidades rusas alcanzaron un nivel aún más siniestro", lamentó el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell.
"Los ataques intencionales contra los civiles son crímenes de guerra", recordó en X (antes Twitter).
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El bombardeo fue condenado también por Estados Unidos. "Es increíblemente espantoso para el pueblo de Ucrania", reaccionó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en una rueda de prensa.
"Los ataques contra los civiles y las infraestructuras civiles están prohibidos por el derecho internacional humanitario y deben cesar de inmediato", dijo por su parte Stéphane Dujarric, el portavoz de la ONU.