Rusia afirmó que el bombardeo que dejó al menos tres muertos, entre ellos un niño, en un hospital pediátrico del puerto de Mariúpol fue una "provocación puesta en escena" por Ucrania. El Kremlin, además, sostuvo que organizaciones radicales habían expulsado a todos los pacientes y al personal sanitario y de servicio.
"La aeronáutica rusa no llevó a cabo absolutamente ninguna misión contra blancos en la zona de Mariúpol", recalcó el ministro ruso de Defensa, Igor Konashenkov.
"El supuesto bombardeo aéreo es una completa provocación puesta en escena para mantener el revuelo antirruso entre una audiencia occidental", agregó.
El bombardeo del miércoles al hospital de Mariúpol, que provocó indignación mundial, dejó tres muertos, entre ellos un niño, según el alcalde de ese estratégico puerto del mar de Azov. Un balance previo daba parte de 17 heridos.
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El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó que el ataque era un “atroz crimen de guerra”.
Horas antes, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, argumentó que el gobierno ruso presentó documentos al Consejo de Seguridad de la ONU en una reunión celebrada en marzo que corroboran que este centro hospitalario estaba en manos de un grupo nacionalista extremo llamado Azov y otras organizaciones radicales.
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"Era una base del batallón ultrarradical", subrayó sobre los supuestos ocupantes del hospital atacado por los rusos.