El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la prohibición de las importaciones estadounidenses de petróleo y gas de Rusia por la invasión a Ucrania. El Kremlin había advertido que tomar esa medida acarrearía “consecuencias catastróficas para el mercado mundial. El aumento de los precios será impredecible: más de 300 dólares por barril, si no más”.
El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, aseguró horas antes del pronunciamiento de EE. UU., que sería "imposible" reemplazar rápidamente el petróleo ruso en el mercado europeo.
"Tomará más de un año y será mucho más caro para los consumidores europeos", dijo.
Sin embargo, Biden aseguró que su país produce más petróleo “internamente que todos los países europeos. De hecho, somos exportadores de energía”.
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“Vamos a extraer 60 millones de barriles de crudo de nuestra reserva (…) y estamos tomando medidas para asegurar que haya un suministro estable de energía en el mundo”, agregó.
¿EE. UU. podrá remplazar el petróleo importado de Rusia?
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Aunque Biden reconoció que “la agresión de Rusia tiene un costo para todos”, negó que alguien deba “preocuparse en el futuro por el precio de la gasolina”.
“Tiranos como Putin no podrán usar los combustibles fósiles como armas contra otros países y eso hará que EE. UU. sea un líder mundial en la producción y exportación de tecnologías de energía limpia para todo el mundo”, aseguró Biden.
Según el mandatario estadounidense, “Putin no solo están atacando objetivos civiles. La semana pasada atacaron la mayor central nuclear de Europa, sin prestar atención al potencial de contaminación”.
Biden reiteró su apoyo a Ucrania, que "nunca será una victoria para Putin", y le pidió al Congreso de EE. UU. aprobar un paquete de 12.000 millones de dólares para asistir al país invadido por Rusia.
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A la par del anuncio de Biden, el Reino Unido anunció que reducirá gradualmente las importaciones de petróleo ruso y dejará de comprar crudo a Moscú para finales de 2022.