Un aterrador caso de maltrato infantil se presentó en una vivienda ubicada en el condado de Derbyshire, en Reino Unido, y que dejó como saldo unbebé
de diez meses muerto. Según las autoridades, el niño era golpeado sin razón y obligado a alimentarse con su propio vómito.
La víctima, identificada como Jacob Crounch, tenía 39 fracturas en las costillas y 19 hematomas visibles en el cuerpo al momento de su deceso. De acuerdo con los expertos del equipo forense, estas heridas fueron infligidas y en ningún caso podrían haber correspondido a actividades cotidianas o juegos.
Pese a esto, la autopsia reveló que la causa de muerte del pequeño no fueron esos golpes, sino que se trató de peritonitis, una infección del revestimiento de los órganos abdominales, causada por una perforación traumática del intestino.
Acorde con la investigación, las lesiones del bebé fueron infligidas por su madre y su padrastro a lo largo de seis meses de maltrato constante. Los fiscales a cargo del caso revelaron ante el Tribunal de la Corona que estos personajes se motivaban mutuamente mientras agredían al pequeño Jacob, lo que eventualmente deterioró su salud y lo condujo a la muerte.
Algunos mensajes de texto cruzados entre la pareja, que sirvieron como material probatorio, dieron cuenta de que se referían al niño como “diablo”, lo alimentaban con su propio vómito, lo golpeaban por llorar “sin razón” y planeaban someterlo a un baño con lejía.
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La madre de Jacob, Gemma Barton, de 33 años, negó los delitos de asesinato y crueldad infantil, pero en la tarde de este miércoles, 2 de agosto de 2023, fue declarada culpable de causar o permitir la muerte de un niño y otro cargo de crueldad infantil.
Por su parte, el padrastro del niño, Craig Crounch, de 39 años, fue declarado culpable de asesinato y tres cargos de crueldad infantil. Ahora, el hombre enfrenta una cadena perpetua por su crimen.
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Durante el juicio, Barton culpó a su pareja por la muerte de Jacob y aseguró que ella no infligió las heridas que estaban en el cuerpo de su hijo, ni que tampoco había visto a nadie golpeándolo en la casa.
Asimismo, aseguró que entró en pánico cuando Crounch le dijo que el niño había muerto, el 20 de diciembre de 2020, alrededor de las siete de la mañana.