Un bebé de tan solo un año murió cuando la caja de tomates en la que jugaba fue embestida por un conductor que no se fijo que el pequeño estaba dentro. Los hechos tienen de luto a una familia de la ciudad de Mendoza, en Argentina.
La tragedia transcurrió en una granja, donde un hombre, de quien no se ha revelado si tenía parentesco con la víctima, dio marcha atrás a su camioneta. En su camino estaba una caja, pero no le prestó atención y pasó por encima.
Las autoridades fueron convocadas al sitio y se llevaron capturado al conductor para hacerle la prueba de alcoholemia. No obstante, el test dio negativo y se constató que todo fue accidental, por lo que le concedieron la libertad inmediata.
Efectivos de Policía científica se tomaron el sitio del accidente para corroborar en qué circunstancias se dio la trágica muerte del bebé Ian Anthony González, cuyos padres se dedican a la cosecha de tomates.
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Más descuidos mortales que involucran a pequeños
Una bebé de 2 años falleció el pasado 11 de marzo tras quedar atrapada entre las rejas de su casa, localizada en Salta, también en Argentina.
Según precisaron medios de comunicación de ese país, la menor se quedó sola en la residencia el día anterior, ya que su madre no encontró quién pudiera cuidarla.
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Fue hasta la mañana del sábado 11 de marzo que la mujer halló el cuerpo sin vida de su hija.
Las primeras hipótesis indicaron que la bebé había muerto electrocutada, sin embargo, el informe de medicina legal concluyó que la niña falleció por asfixia mecánica posicional por hipertensión.
"Creemos que la menor intentó salir solita de la casa y quedó atrapada entre las rejas de entrada", explicó en su momento una fuente que investiga el caso.
Y en Estados Unidos otra bebé, también de 2 años, falleció por falta de aire en un vehículo. Según las investigaciones, la mujer que estaba a su cargo se olvidó de ella y la dejó encerrada.
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De acuerdo con los documentos del caso, los padres de la niña le pagaban a la señora 40 dólares semanales por llevar a su hija a la guardería por las mañanas.
El día en que la pequeña falleció, Juana Pérez-Domingo, la acusada, se encontró con que era demasiado temprano y la guardería estaba cerrada, así que condujo hasta su propia casa en Homestead, al sur de Miami.
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Se olvidó de la niña y no regresó al automóvil hasta siete horas después, cuando ya no se podía hacer nada por la bebé, pues había sucumbido a causa de la elevada temperatura dentro del vehículo cerrado.
Juana Pérez-Domingo deberá cumplir una pena de cinco años de prisión más cinco de libertad vigilada.