El asesinato de una bebé de 4 meses, al parecer a manos de sus padres, ha conmocionado a México. Medios informaron que los vecinos de una familia en Jalisco llamaron a las autoridades al escuchar gritos desgarradores dentro de una vivienda aledaña.
Según la Fiscalía del Estado, cuando uniformados llegaron al inmueble encontraron a la niña “inerte, con huellas visibles de golpes, tanto en su cara como en glúteos y piernas, por lo que solicitaron de inmediato la presencia de paramédicos municipales, quienes confirmaron su deceso. En el lugar de los hechos fueron detenidos los progenitores”.
Adán Domínguez, comisario de El Salto, donde ocurrió el crimen de la bebé de 4 meses, informó que la menor de edad tenía “algunas huellas características de violencia, tiene escoriaciones y golpes contundentes, los cuales son signos de niño maltratado”.
Las lesiones de la pequeña no eran recientes y aparentemente fueron provocadas en días anteriores.
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“Tanto la mamá como el papá, se les pone en calidad de detenidos mientras se determina la responsabilidad de uno de ellos o de los dos”, agregó el funcionario.
La abuela de la bebé de 4 meses reveló que tiene tres nietas más, hijas de la pareja, de 4, 2 y 1 año. Según medios regionales, la mujer teme que no pueda tener la custodia de las niñas porque sus padres nunca las registraron.
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También dijo que su hija, de 23 años, había denunciado varias veces a su compañero por violencia intrafamiliar, pero que no la joven no había tenido otra alternativa que regresar con el sujeto.
Asesinó a su nieto
En otro estremecedor caso ocurrido en Inglaterra, una mujer de 51 años confesó haber asesinado a su nieto de 5,
al que hallaron muerto con 29 heridas de arma cortopunzante en todo el cuerpo. Al parecer, la abuela “perdió el contacto con la realidad” tras sufrir un agudo y repentino deterioro de la salud mental.
Según las declaraciones presentadas ante el tribunal, la detenida sufría de delirios relacionados con la esquizofrenia paranoide. En un ataque inesperado, se convenció de que su nieto corría un peligro terrible, así que la única opción viable, al menos para ella, era acabar con su vida antes de que sufriera. El menor de edad falleció en el lugar de los hechos.
La abuela negó los cargos por asesinato, pero admitió homicidio involuntario por responsabilidad disminuida y fue sentenciada a una orden hospitalaria indefinida.