Una azafata fue detenida por ser la presunta autora de la amenaza de una falsa bomba en un vuelo con 270 pasajeros que partía de Buenos Aires, en Argentina,
con rumbo a Miami, Estados Unidos.
Según la investigación, la mujer, identificada como Daniela Carbone, usó el celular de su hija para hacer la llamada intimidante que obligó a la cancelación del vuelo y la evacuación de las personas a bordo en busca del supuesto explosivo.
“Decile al capitancito que le pusimos tres bombas en el Miami. Que se deje de joder con la política y chequee el avión porque van a volar en mil pedazos”, se escuchaba en el audio en el que la azafata distorsionó su voz para no ser identificada.
La amenaza fue hecha a un avión de la compañía Aerolíneas Argentinas, para la que la mujer había trabajado los últimos 25 años.
Según informaron medios argentinos, en la aeronave viajaba el exnovio de la azafata, un auxiliar de cabina con quien estuvo saliendo durante cinco años y con el que había terminado hace un par de meses.
Al parecer, el hombre iba en el vuelo acompañado de quien sería su nueva pareja y con la que pasaría tres días en Miami, pues la aerolínea ofrece ese tiempo de descanso a los tripulantes cuando cubren destinos internacionales.
De acuerdo con la investigación, Carbone, de 47 años, había hecho búsquedas en internet para encontrar programas que ayudaran a distorsionar la voz sin ser rastreados.
Además, tras llegar de un vuelo, habría llamado a su hija con la excusa de pedirle que le ayudara a ordenar su casa porque estaba “muy cansada” y de esta forma acceder al teléfono de la joven.
Poco después de la llamada, la hija le hizo un reclamo a la azafata, según información del Clarín, en la que decía: “Me podés cagar la vida a mí por una pendejada”.
Dicha “pendejada” sería la falsa amenaza de bomba hecha por la mujer, que ahora enfrenta cargos por intimidación pública, entorpecimiento de los servicios públicos y coacción agravada.
Una excompañera de Carbone en Aerolíneas Argentinas, según información publicada por Telemundo,
dijo que el hecho “dejó en shock a todos los compañeros y a la gente que la conocía”.
El mismo medio señaló que la amenaza de falsa bomba de la azafata hizo que la aerolínea para que la mujer trabajaba tuviera pérdidas por un millón de dólares.
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