Dos explosiones en Beirut provocaron “una catástrofe en todos los sentidos”, dijo Hamad Hassan, ministro de Salud de Líbano.
La explosión se produjo en horas de la tarde en el puerto, dentro de una bodega que, revelaron, almacenaba material explosivo.
Testigos presenciales indicaron que hubo rotura de vidrios en viviendas a más de cinco kilómetros de la explosión y que los edificios sufrieron daños de diversa consideración en un radio de más de dos kilómetros.
Imágenes difundidas en las redes sociales mostraron el momento en que se produjo la detonación que provocó una gran nube con forma de hongo elevándose en el cielo y una fuerte onda expansiva que ha afectado a varios barrios de la ciudad y ha provocado daños materiales.
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En contexto:
El director de la Seguridad General libanesa, Ibrahim Abbas, afirmó a los medios en una visita al puerto de Beirut que "parece que la explosión ocurrió en un almacén con material altamente explosivo confiscado desde hace años".
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Las autoridades han dado orden de movilizar al Ejército, habilitar las instalaciones hospitalarias para la atención de los heridos y la provisión de refugio a todos aquellos que se han visto desplazados por la deflagración.
El Gobierno libanés declaró un día de luto nacional el miércoles por las víctimas de la explosión y anunció una investigación para que los responsables respondan por el suceso.
"Hago un llamado a todos los países amigos y a los países hermanos que aman a Líbano a estar a su lado y ayudarnos a curar nuestras heridas profundas", dijo el primer ministro, Hassan Diab.
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"Propulsados"
El sector del puerto ha sido acordonado por las fuerzas de seguridad, que solo dejan pasar al personal de defensa civil, ambulancias y bomberos.
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En los alrededores, los daños y la destrucción son importantes.
Dos horas después de la explosión, las llamas seguían vivas en la zona. Un helicóptero cargaba agua del mar para apagar los incendios.
"Hemos visto un poco de humo y después una explosión. Y después un hongo (de humo). La fuerza de las explosiones nos ha propulsado hacia atrás en el apartamento", contó un habitante del barrio de Manssouriyeh, que vio la explosión desde su balcón, a varios kilómetros del puerto.
Después de las detonaciones, numerosos habitantes, algunos de ellos heridos, caminaban por las calles con dirección a los hospitales. Ante el centro médico Clémenceau, decenas, entre ellos menores, cubiertos de sangre, esperaban a ser atendidos.
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Casi todas las vitrinas de los comercios de los barrios de Hamra, Badaro y Hazmieh estallaron al igual que las ventanillas de los autos.
En las calles había vehículos abandonados con los airbags inflados.
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Según testigos, las deflagraciones fueron oídas hasta en la ciudad costera de Larnaca, en Chipre, a más de 200 km de las costas libanesas.
El 14 de febrero de 2005, un atentado provocado por una camioneta atestada de explosivos explotó contra el convoy del entonces primer ministro Rafic Hariri matando a 21 personas y dejando más de 200 heridos. La deflagración provocó llamas de varios metros de altura e hizo añicos los vidrios de los edificios situados en un radio de medio kilómetro.
El viernes, el Tribunal Especial para Líbano (TSL), con sede en Holanda, tiene previsto anunciar el veredicto tras el juicio a cuatro hombres, todos presuntos miembros del poderoso movimiento libanés Hezbolá, acusados de haber participado en el asesinato de Rafic Hariri.
Líbano vive la peor crisis económica en décadas, marcada por una depreciación de la moneda sin precedentes, hiperinflación y despidos masivos que alimentan desde hace varios meses el descontento social.