Cada diciembre, el Rockefeller Center en Nueva York se convierte en el epicentro de la magia navideña. El encendido del árbol de Navidad es un evento que atrae a miles de visitantes y millones de espectadores a través de transmisiones en vivo. Pero, ¿qué hace que este árbol sea tan especial?
El primer árbol de Navidad se construyó en 1931, en medio de la Gran Depresión. Los trabajadores de la construcción del Rockefeller Center decidieron levantar un modesto abeto decorado con guirnaldas hechas a mano para celebrar la temporada navideña. El gesto de esperanza y alegría en tiempos difíciles sembró la semilla de lo que se convertiría en una de las tradiciones más queridas de Nueva York. Desde entonces, el árbol ha crecido en tamaño y esplendor, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia y comunidad.
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La elección del árbol es un proceso meticuloso que comienza meses antes de la temporada navideña. El jardinero jefe del Rockefeller Center, Erik Pauze, recorre diversos estados en busca del abeto perfecto, que debe tener al menos 20 metros de altura y más de 50 años de edad. Una vez seleccionado, es transportado a Nueva York, donde es decorado con más de 50.000 luces LED y coronado con una estrella de Swarovski que pesa alrededor de 400 libras. El proceso no solo asegura que sea visualmente impresionante, sino que también refuerza su estatus como un ícono de la Navidad.
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Un evento que une a la comunidad
La ceremonia de iluminación del árbol no es solo un espectáculo visual, sino también un evento comunitario que reúne a personas de todas las edades y orígenes. La plaza del Rockefeller Center se llena de música, actuaciones en vivo y un ambiente festivo que contagia a todos los presentes. La estrella de Swarovski que corona el árbol, con sus miles de cristales brillantes, añade un toque de magia y esplendor a la ocasión.
Además, el árbol de Navidad del Rockefeller Center tiene un impacto significativo en la economía local. Los comercios y restaurantes de la zona experimentan un aumento en las ventas durante la temporada navideña, gracias a la afluencia de turistas y residentes que acuden a ver el árbol y participar en las festividades.
Historia y tradición del árbol de Navidad del Rockefeller Center
El primer árbol de Navidad en el Rockefeller Center fue instalado en 1931 por trabajadores de la construcción que decoraron un pequeño abeto con guirnaldas de papel, arándanos y latas de aluminio. Dos años más tarde, en 1933, se celebró la primera ceremonia oficial de iluminación, marcando el inicio de una tradición que ha perdurado hasta nuestros días.
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A lo largo de los años, el árbol ha crecido en tamaño y esplendor. Hoy en día, suele ser un abeto de Noruega que puede alcanzar hasta 30 metros de altura y está adornado con más de 50,000 luces LED multicolores. La estrella de Swarovski, introducida en 2004 y rediseñada en 2018, es una de las características más destacadas, con sus 70 puntas y tres millones de cristales.
Impacto cultural y social del árbol de Navidad del Rockefeller Center
El Árbol de Navidad del Rockefeller Center no solo es un símbolo de la temporada en Nueva York, sino que también ha dejado una huella indeleble en la cultura popular. Ha aparecido en numerosas películas, programas de televisión y postales navideñas, consolidando su estatus como un ícono mundial.
Al encenderlo no es solo un evento local; es una celebración global. La ceremonia es transmitida en vivo por la cadena NBC, permitiendo que millones de personas en todo el mundo compartan la experiencia.
La ceremonia de iluminación es un evento gratuito y abierto al público, lo que permite que personas de todas las clases sociales puedan disfrutar de la magia de la Navidad. Además, después de la temporada navideña, el árbol es donado a Habitat for Humanity, una organización sin fines de lucro que utiliza la madera para construir viviendas para personas necesitadas.
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Curiosidades del árbol de Navidad del Rockefeller Center
La selección del árbol es un proceso que involucra a expertos en jardinería y paisajismo. Cada año, el equipo encargado de elegir el árbol recorre los estados del noreste de Estados Unidos en busca del ejemplar perfecto. Una vez seleccionado, el árbol es transportado a Nueva York en un camión especial, a menudo adornado con lazos rojos y pancartas festivas.
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Por el lado de la decoración del árbol es una tarea monumental que requiere la colaboración de decenas de trabajadores. Se instalan andamios alrededor del árbol para facilitar la colocación de las luces y adornos. La estrella de Swarovski se coloca en la cima del árbol utilizando una grúa, y todo el proceso de decoración puede llevar varios días.
Luego de realizar todo el proceso, llega la ceremonia de iluminación del árbol, un evento que atrae a miles de personas cada año. La plaza del Rockefeller Center se llena de espectadores que esperan ansiosos el momento en que el árbol se ilumine. El evento incluye actuaciones musicales de artistas famosos y discursos de personalidades destacadas, culminando con el encendido de las luces, que marca el inicio oficial de la temporada navideña.