María Ximena Cáceres lamenta no haber notado las posibles señales que le habrían ayudado a reconocer que su hija, Ana María Serrano,
podría estar en riesgo por los mensajes que su exnovio, señalado feminicida de la joven de 18 años, le envió a redes sociales desde que terminaron.
“Es parte de lo que cargo en el corazón, seguramente hubiéramos podido hacer algo”, afirmó la madre de la estudiante que acababa de comenzar sus estudios en Medicina y que soñaba con convertirse en cardióloga.
María Ximena dice que nunca imaginó que su hija estuviera en peligro porque ella y su expareja se conocían desde niños en el colegio “Comenzaron como amigos, eran salones divididos”, luego “eran onda y después eran novios, y eran una pareja como cualquier adolescente normal”.
Reconoce que cuando terminaron, tras un año y medio de relación, “el niño comenzó a ser intenso, le mandaba regalos, le mandaba mensajes, le rogaba que regresaran, ahí fue cuando pudimos haber alertado alguna cosa. (Pero) era un niño tan normal que uno no se imagina que algo así pueda pasar”.
La madre de Ana María Serrano dice que le preguntó un día a su hija “‘ya se calmó’ y me dijo ‘sí, ya está mucho más calmado’, y pensamos que ya se le había pasado”.
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“La semana en que pasó él (feminicidio, el exnovio) se enteró de que estaba sola y comenzó a mandarle mensajes mucho más pesados y ahí algunos amigos le dijeron que lo bloqueara, como hace cualquiera, y eso fue lo que hizo”, precisó.
“Era una niña dulce”
A Ana María Serrano Céspedes, nacida y radicada en México, pero con raíces colombianas, le gustaban los animales, los viajes y sobre todo servir en sociedad, pues dedicaba sus tiempos libres a ser paramédico. De allí surgió su pasión por la medicina y la cardiología.
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Era "una niña dulce, especial, inteligente, solidaria, una niña que muchas veces vino a Colombia a prestar su apoyo en causas sociales", recordó su tío José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda.
El exfuncionario colombiano no ha logrado entender “cómo la vida de un ser humano se pierde de un momento a otro por la decisión de otra persona, uno no entiende un delito de esta magnitud, un delito despreciable, repudiable, cobarde además, y roba también la vida de una familia”.
Entre tanto, su mamá dice que “Ana María ya descansa en paz, pero todos aquellos que la conocimos no lo haremos hasta que se haga justicia”.
Y sostiene que “aunque el exnovio se encuentra detenido aún en etapas preliminares del proceso, no solo nos quitó a mi niña, sino también la libertad y la tranquilidad”.