Un militar ruso se convirtió en una ‘bomba humana’ y protagonizó una historia digna de Hollywood. El sargento primero Nikolay Pasenko, de 41 años, fue herido durante un ataque de las fuerzas ucranianas , una granada atravesó su caja torácica y se alojó en su cuerpo, pero no detonó.
La granada atravesó sus costillas, dañó un pulmón y se alojó cerca de su columna vertebral entre la aorta y la cava inferior, la vena más grande del cuerpo.
Pasenko fue llevado a un centro médico, donde la posibilidad de una explosión se evaluó como "extremadamente alta". Sin embargo, si el militar no era operado corría el riesgo de desangrarse.
Aunque el hombre se resistió al principio a la operación, pues no quería que los médicos corrieran ningún riesgo, al final se decidió llevar a cabo la peligrosa operación.
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Dos equipos médicos especializados viajaron desde Moscú hasta la ciudad ucraniana de Belgorod. Uno para llevar a cabo la operación y un segundo, de respaldo por si la granada estallaba.
El explosivo incrustado provenía de un lanzagranadas automático AGS-17, explicaron las autoridades rusas.
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Los médicos tuvieron que usar equipos especiales, como chalecos, para protegerlos en caso de una explosión.
El teniente coronel Dmitry Kim explicó lo riesgoso de la cirugía, pues no solo estaba el riesgo de que explotara la granada, sino que esta se encontraba alojada en un sitio crítico.
"La munición estaba ubicada entre la aorta y la vena cava inferior", dijo Kim. "No todos los días sacas un explosivo de una persona, y en un lugar donde moverse hacia la derecha o hacia la izquierda puede llevar a la muerte del paciente. Cuando la munición terminó en un cubo de arena, todos exhalaron, sonrieron y rieron".
La cirugía fue reportada como un éxito al ministro de Defensa de Rusia, en una semana en la que este país ha sufrido duros reveses militares en Ucrania.
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