Después de 5 años de persecución a Alex Saab, el llamado testaferro de Nicolás Maduro, Estados Unidos puso fin al proceso judicial en su contra. ¿Cuáles fueron los cargos que afrontó el colombiano tras su extradición y por qué era considerado un mercader del hambre de los venezolanos?
El arresto del empresario colombiano Alex Saab en junio de 2020 en Cabo Verde parecía haber sido el punto de quiebre para la caída definitiva de quien es considerado por Estados Unidos como el testaferro de Nicolás Maduro.
Saab, que contaba con circular roja de la Interpol, era buscado en todo el mundo por haber utilizado cuentas bancarias en La Florida para lavar más de 350 millones de dólares que fueron sacados de manera ilegal de Venezuela.
Según una corte de Miami, esa plata fue direccionada a cuentas suyas y de Álvaro Pulido, su socio. Ellos se enriquecieron ilegalmente y sobornaron a funcionarios que les permitieron toda clase de irregularidades en la ejecución de un contrato para la construcción de viviendas a personas vulnerables en Venezuela.
Pero este no llegó a ser su único lío legal con el Gobierno de Estados Unidos. El Departamento del Tesoro sancionó a Saab, Pulido y decenas de empresas fachada por desangrar los recursos de Venezuela a través de importaciones ficticias de alimentos del CLAP, que lleva mercados a millones de familias de bajos recursos.
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Mientras Estados Unidos adelantaba la persecución contra Alex Saab y sus socios, los problemas judiciales del empresario barranquillero se endurecieron en Colombia: la Fiscalía ocupó decenas de sus propiedades y hoy adelanta un juicio por lavado de activos.
En ese caso quedó salpicada Piedad Córdoba, señalada de ser la persona que le abrió las puertas con el Gobierno de Venezuela. Se investigan transferencias en efectivo de las empresas de Saab a las cuentas de la senadora y su grupo familiar.
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Para autoridades de Estados Unidos y Colombia, Alex Saab era denominado como el mercader del hambre de los venezolanos. Sin embargo, desde el día 1 de su captura en Cabo Verde, su defensa fue asumida por el propio Nicolás Maduro, quien lo arropó dándole un estatus diplomático.