Abdul Basir Shakeri es un afgano que vivió en Colombia durante siete años. Trabajó como docente y tenía algunos negocios, pero en 2019 regresó a su país convencido de que la estabilidad que reinaba en ese momento iba a perdurar. Ni él ni ningún ciudadano imaginaba que los talibanes regresarían.
Según él, en Kabul hay caos por la presencia de los talibanes y de quienes salieron de prisión.
“Los talibanes son una preocupación para los que viven en Kabul y algunos dicen que son los criminales, los terroristas que están en Kabul, porque los talibanes abrieron las puertas de las cárceles y todos los criminales están afuera, también los terroristas que eran parte de ISIS. No tienes a nadie para protegerla (a la ciudad)”, sostiene.
Abdul trabajó los últimos dos años con empresas del gobierno derrocado y ahora permanece encerrado en su apartamento. Incluso se ha mudado tres veces por temor a la lista de los talibanes.
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“Tienen los nombres de todos los que trabajaban para la seguridad nacional de Afganistán y somos la lista de ellos (…) También los pilotos y los que trabajaron para las embajadas”, afirma.
El drama es aún peor para las mujeres. Según Abdul, permanecen encarceladas por voluntad propia en sus casas.
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“No pueden salir y no quieren salir porque no sabemos qué va a pasar”, dice.
Cuenta que algunas de sus amigas, “que eran parte del Gobierno, de oenegés que trabajaban para embajadas, la mayoría salieron y es muy doloroso porque eran las jóvenes de este país, eran el futuro de este país”.