Vlad Buryak, de 16 años, es un adolescente ucraniano que vivió en carne propia el horror de la guerra al terminar secuestrado el pasado mes de abril. Los soldados rusos se lo llevaron y mantuvieron retenido durante 90 días. Volvió a la libertad tras un intercambio de prisioneros.
En video quedó registrado el conmovedor reencuentro entre el menor y su padre, Oleg Buryak, un funcionario ucraniano. Vlad, en entrevista con The Washington Post , dio testimonio del horror que padeció durante el tiempo que estuvo en poder de las tropas rusas.
💪 The son of Oleg Buryak, head of the #Zaporizhzhya District Military Administration, has been released from captivity.
— Mᴀᴛᴛɪᴀs — 🌻 (@MattiasSvea) July 8, 2022
16-year-old Vlad spent 90 days in captivity.
The boy was abducted on April 8 during his attempt to leave occupied #Melitopol.#Ukraine #StopRussia #Europe pic.twitter.com/APojHfDzCU
Según su padre, fue llevado a una prisión en Vasylivka, una ciudad en la parte ocupada de la provincia de Zaporizhzhia, en el sureste del Ucrania. Los primeros días lo mantuvieron aislado.
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Sin embargo, con el pasar del tiempo Vlad empezó a ser testigo de las torturas a sus compatriotas. De acuerdo con su relato, escuchó cómo un joven de unos 20 años, con quien compartió celda, fue golpeado y electrocutado.
El menor aseguró que el hombre se cortó las muñecas con una lata, pues decía que ya no podía soportar las torturas. Un guardia y médico se lo llevaron. El joven no supo más sobre esa persona y si sobrevivió.
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Después de ello, aseguró Vlad, que era obligado a limpiar la habitación donde torturaban a los presos. Allí, según su testimonio, encontraba suministros médicos empapados en sangre.
El adolescente aseguró que no se inmutaba, a pesar del horror que estaba viendo. “Entendí que en ese momento también me estaba salvando”, le dijo al Post.
Cuando temía que podría ser el próximo, ocurrió lo impensable. Su padre, jefe de la Administración Militar Regional de Zaporizhzhia, estaba haciendo lo posible por concretar un intercambio de prisioneros para tener a su hijo de vuelta. Sin embargo, nada funcionaba.
Tras siete semanas en poder de tropas rusas, Vlad fue trasladado a un centro con mejores condiciones, donde podía llamar a su papá.
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El pasado 4 de julio Oleg Buryak recibió una llamada de un negociador ruso para acordar el intercambio de Vlad y dos personas más.
Un informe del organismo de seguridad más grande del mundo, OCSE, expresó el pasado jueves “grave preocupación” por el presunto maltrato de decenas de miles de ucranianos en los llamados centros de filtración establecidos por Rusia en Ucrania.
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“Hay informes que indican que las personas están sujetas a duros interrogatorios y humillantes registros corporales en esos centros”, dijo el informe de 115 páginas, calificando la creación de tales centros como un acontecimiento “alarmante”.
El documento se basa en una misión de tres expertos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que cubrió la guerra de Ucrania del 1 de abril al 25 de junio.