Olivia Grace Floyd, una niña de 7 años, murió luego de sufrir el ataque del perro de sus abuelos, de raza rottweiler, en el pasado mes de enero, una tragedia familiar que ahora tiene a los adultos mayores ad-portas de una pena de hasta 70 años de prisión por homicidio involuntario, entre otros cargos.
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Los hechos se registraron en Waynesboro, una ciudad en el estado de Virginia, EE. UU. El ataque ocurrió en la vivienda de los abuelos de la pequeña. Una mujer no identificada también resultó herida.
Un comunicado conjunto del Departamento de Policía del Condado de Waynesboro y la Oficina del Fiscal de la Mancomunidad de Waynesboro, publicado el pasado lunes, 13 de mayo, indica que Stephen Christopher Kachmar, de 60 años, y Penny Lee Bashlor, de 64, fueron formalmente acusados de asesinato no capital, homicidio involuntario, abuso de menores y posesión de un perro vicioso -peligroso- tras la muerte de su nieta.
Ambos se encuentran detenidos sin derecho a fianza y podrían recibir una pena de hasta 70 años de cárcel, informaron medios estadounidenses.
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El perro de 4 años fue incautado y sacrificado. Vecinos lo describieron como un animal peligroso.
Adicionalmente, los papás de Olivia, Brooks Anthony Floyd y Alicia Rene Floyd, también enfrentan cargos por crueldad y lesiones a un menor, lo que podría acarrear una pena de hasta 5 años.
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“Brooks, de 39 años, se encuentra actualmente detenido en la cárcel Regional de Middle River. Alicia, de 37 años, fue liberada con una fianza de reconocimiento personal el viernes”, informóPeople.