Un abuelito tuvo que resguardarse con sus tres perros en un carro abandonado que encontró cerca de lo que fue su hogar hasta que un incendio lo redujo a cenizas. “La ropa, la cama”, incluso sus documentos, todo se perdió, dijo Félix Salazar Ortuño.
En medio de “un frío tremendo” ha pasado las noches el adulto mayor, que se ha abrigado con cobijas que le regalaron sus vecinos en la ciudad de Santa Cruz, en Bolivia.
“No tenía ropa para cambiarme, nada”, contó el abuelito al medio Unitel, pero ha encontrado en la generosidad de extraños una muda.
Junto al carro abandonado también montó una hoguera para preparar sus alimentos, pero la lluvia que no cesa apagó la llama.
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De sus hijos no se sabe nada y mientras tanto el abuelito se aferra a la ayuda de sus vecinos.