Una amistad que trasciende las barreras del tiempo y la distancia, así se cataloga la relación de dos abuelas de 80 años que han intercambiado cartas desde que eran niñas, hace más de seis décadas, y finalmente pudieron encontrarse físicamente por primera vez.
Patsy Gregory, de Inglaterra, y Carol-Ann Krause, de Nueva York, comenzaron a escribirse entre ellas cuando tenían 12 años de edad, en 1955, desde lados opuestos del Océano Atlántico. Ambas pertenecían a un grupo de niñas scout en sus respectivos países y, un día, una de ellas encontró el nombre de la otra en una guía que incluía a todas las afiliadas.
“En Girl Guides encontré el nombre de Carol-Ann”, explicó Gregory al medio South West News Service (SWNS). “Empezamos a escribir y nunca paramos. Es tan simple como eso", agregó.
Desde entonces, las mujeres se han escrito para contarse los aspectos más relevantes de sus vidas, felicitándose por los aniversarios y enviando mensajes de celebración en fechas especiales: “Siempre nos hemos recordado en nuestros aniversarios de boda y en Navidad y cosas así. Y seguimos manteniendo correspondencia, incluso ahora”, comentó Krause.
Al inicio, las amigas se escribían al menos una carta cada dos meses donde hablaban sobre la escuela, sus sueños, quién les gustaba, con quién salían y qué había pasado de nuevo en sus vidas, para mantenerse actualizadas.
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De esta manera, las abuelas han mantenido el contacto durante los últimos 68 años, sin dejar de escribirse: “Eran cosas así. Era como si la conociera de toda la vida, pero nunca nos conocimos”, añadió Gregory. En la actualidad, las mujeres estiman que han intercambiado más de 800 cartas.
Otro de los aspectos curiosos de esta relación es que tanto Gregory como Krause pasaron por etapas similares de vida al mismo tiempo. Ambas se casaron, con un año de diferencia, y cada una dio a luz a tres hijos.
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Aunque la amistad de las abuelas era algo conocido por sus familiares, Gregory le confesó a su hija Steph Calam que siempre había querido visitar a Krause, que ahora vive en Conway, Carolina del Sur.
Por este motivo, a propósito del octogenario cumpleaños de su madre, Calam usó las redes sociales para localizar a la familia de Krause y preguntarles si estarían interesados en un encuentro. “Estaba más que feliz de aceptar la oferta. Nuestros cumpleaños solo están separados por un mes”, dijo Krause.
Después de eso, la familia le regaló a Gregory un boleto directo para Carolina del Sur, para que finalmente cumpliera su sueño: “Fue bastante emotivo, fue encantador. La reconocí de inmediato. Era como si la hubiera visto la semana pasada, porque nos conocemos desde hace mucho tiempo”, aseguró la abuela.
Por su parte, Krause confesó que estaba muy nerviosa por conocer personalmente a su amiga: “Fue emotivo. Era un manojo de nervios”.
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Durante la visita, ambas mujeres conversaron durante horas, aprovechando el encuentro: “Hablamos mucho. Salimos a cenar bastantea a diferentes lugares en los que Carol-Ann y su esposo disfrutaban ir”, puntualizó Gregory.