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Después del homicidio, con la misma arma, el niño se disparó en la cabeza. No tenía antecedentes de comportamiento violento.
La tragedia llegó a la casa de Doyle Herbert e Yvonne Woodward, dos abuelos que tenían a cargo a su nieto en Arizona, Estados Unidos.
El día de la tragedia, el pasado sábado, la abuela Yvonne le dijo al menor que por favor limpiara la habitación en la que dormía.
Al menor no le gustó el regaño y cuando sus parientes veían televisión, el menor se acercó con un arma que era del abuelo y le propinó un tiro a la señora Woodward. Tras el crimen, el señor Herbert intentó auxiliar a su esposa, mientras que el menor huía.
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Posteriormente, se escuchó otra detonación: el menor había llevado el arma hasta su sien y se disparó.
Investigaciones preliminares de los detectives no permitieron inferir que el menor tuviera antecedentes de agresividad, muchos menos actitudes sicópatas como la que terminó con la vida de la mujer, de 65 años, informó ABC15 .
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En Arizona el suicidio es la mayor causa de muerte entre menores de 10 a 14 años.
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