Lindy Moors, una abuela de 64 años, sufrió un grave accidente cuando estaba acompañando a su esposo al granero de la casa donde viven, en Reino Unido , y su cabeza quedó atrapada en medio de una puerta corrediza.
Inmediatamente Moors tuvo que ser trasladada a la sala de urgencias e intervenida con una cirugía mayor para controlar el daño causado por el incidente, aún así no fue suficiente y días después tuvo que ser sometida a una nueva operación para evitar que su cuerpo quedara completamente paralizado.
La abuela de cinco nietos se estaba recuperando de manera exitosa y el día que debía ser dada de alta sufrió un nuevo percance.
De camino al baño del hospital Moors tuvo un desmayo y cayó al suelo. En una radiografía que le tomaron para saber la magnitud del golpe se evidenció que la mujer se había roto la espalda y tuvo que ser llevada a cirugía nuevamente.
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Los médicos advierten que ambas fracturas podrían desencadenar en parálisis completa pero la fortaleza de Lindy ha sido notoria, aún puede caminar, hablar y sigue en el camino para recuperarse.
Asegura que es “afortunada de estar viva".