Amenazada por el crimen organizado, la princesa heredera de Países Bajos, Amalia, de 18 años, vive prácticamente enclaustrada en el palacio de sus padres, de donde solo sale para ir a la universidad escoltada por guardaespaldas.
La princesa debía compartir residencia con otros estudiantes en Ámsterdam, como muchas jóvenes de su edad. En vez de eso, vive atrincherada en el palacio real en La Haya, con sus padres el rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos y su esposa, la argentina Máxima.
Las medidas de seguridad de la princesa se reforzaron considerablemente ya que las autoridades temen un intento de secuestro o de atentado por grupos del crimen organizado.
"Nuestros servicios de seguridad trabajan duro día y noche para asegurar su seguridad", declaró el jueves por la tarde en Twitter la ministra de Justicia y Seguridad, Dilan Yeşilgöz-Zegerius.
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Poco antes, los reyes de Países Bajos se mostraron conmocionados ante la situación "tan difícil" que rodea a su primogénita, durante una conferencia de prensa en una visita de estado en Suecia.
"No se puede decir nada sobre amenazas concretas o medidas de seguridad específicas", añadió la ministra, que habló de una situación "terrible, para empezar para la princesa", al unísono con el Primer ministro Mark Rutte que se mostró "muy preocupado" ante la prensa el jueves.
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Según las informaciones reveladas en septiembre por el diario popular De Telegraaf, el jefe del gobierno (centro-derecha, en el poder desde hace 13 años) también fue blanco de amenazas.
La amenaza a la princesa "fue tomada muy en serio por las autoridades, afirma Jelle van Buuren, profesor asistente especializado en la seguridad en la Universidad de Leiden.
Crimen organizado
"Hay rumores de que la amenaza vendría del crimen organizado", aunque no se divulgó nada oficial, añadió Van Buuren.
Estos últimos años, los Países Bajos quedaron conmocionados principalmente por el asesinato de un abogado en 2019 y del conocido periodista Peter R. de Vries en 2021. Dos crímenes que la justicia relaciona con el narcotraficante Ridouan Taghi, con doble nacionalidad marroquí y neerlandesa, actualmente en prisión.
La princesa "es aparentemente el blanco de la mocromafia", declaró Rick Evers, periodista especializado en la realeza.
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La Mocro Maffia son las organizaciones mafiosas marroquíes especializadas en el tráfico de droga a los Países Bajos y a Bélgica.
Es conocida por controlar el tráfico de cocaína a través de los puertos de entrada a Europa de Rotterdam y de Amberes, con una violencia en aumento. Países Bajos y Bélgica se ven a veces comparados a "narcoestados" por culpa de esta situación.
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Mientras ganan terreno en las calles, las organizaciones criminales amenazan también las altas esferas de la sociedad. El ministro belga de Justicia fue blanco de un proyecto de secuestro en septiembre.
"Estamos hablando de una joven de 18 años que no puede llevar una vida de estudiante", una "chica inocente", se lamentó Evers.
El periodista estuvo presente delante de una universidad de Ámsterdam en septiembre durante el primer día de clases de la princesa, matriculada en primer año de una licenciatura en Política, Psicología, Derecho y Economía.
"Cuando llegó a la universidad vimos que había un gran aumento del número de agentes de seguridad, tanto visibles como invisibles, con armas pesadas escondidas en bolsas", narró.
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Una situación "anormal" y "muy inusual", observa Rick Evers, puesto que aunque los miembros de la familia real siempre van acompañados de guardaespaldas, nunca son tantos.
La joven heredera ya fue el blanco de amenazas en redes sociales, pero esto tomó otra envergadura, apuntó Rick Evers.
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"El crimen organizado es un problema importante en Países Bajos, que parece fuera de control", señaló el periodista. Pero la familia real holandesa ciertamente no esperaba, según Rick Evers, que Amalia formase parte algún día de los objetivos.