Kimberley Hattersley-Barton, originaria West Yorkshire, Reino Unido, fue diagnosticada con cáncer por primera vez a los 13 meses de edad. A lo largo de su vida, esta joven ha sido un ejemplo de resiliencia, enfrentándose a múltiples diagnósticos de cáncer y, más recientemente, a insuficiencia renal.
El primer cáncer de Kimberley fue un rabdomiosarcoma, una rara forma de cáncer infantil que afecta los músculos. A pesar de haber superado la enfermedad tras recibir seis meses de tratamiento, las secuelas físicas y emocionales de esta lucha marcaron profundamente su vida. A lo largo de los años, ha tenido que someterse a diferentes tratamientos que han dejado efectos secundarios permanentes.
Le diagnosticaron cáncer de lengua
A sus 18 años, Kimberley comenzó a experimentar un dolor en la lengua que inicialmente atribuyó a los brackets que llevaba en ese momento. Sin embargo, cuando el dolor persistió y se formó un bulto, decidió acudir al médico. Tras una evaluación, le diagnosticaron cáncer de lengua en 2016, lo que la obligó a someterse a una cirugía en la que le extirparon un tercio de su lengua.
"Fue un proceso largo y doloroso. Tuve que reaprender a hablar y a tragar. Me sentía débil y había perdido mucho peso. Fueron meses muy duros", le expresó a Need to Know.
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Después de la operación y de recibir seis semanas de radioterapia, la joven pensó que su batalla contra el cáncer había terminado. Sin embargo, en 2020, descubrió un nuevo bulto en su lengua. Esta vez, los médicos diagnosticaron una mutación del cáncer original, lo que requirió otra cirugía más invasiva para extirpar una porción mayor de su lengua.
La mujer también se sometió a una disección en el cuello para asegurarse de que el cáncer no se hubiera extendido a los ganglios linfáticos. Aunque la operación fue exitosa, le dejó una cicatriz en forma de U en el cuello, que ella describe como una "sonrisa permanente".
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"No podía creer que el cáncer hubiera vuelto una segunda vez. Pensé que era demasiado para mí, pero tuve que ser fuerte", contó.
También le descubrieron un cáncer de tiroides y ahora insuficiencia renal
A pesar de las dos cirugías de lengua, el calvario de Kimberley no terminó ahí. En junio de 2022, durante un examen de rutina, se descubrió un nuevo cáncer en su tiroides. Afortunadamente, este fue detectado en una etapa temprana y los médicos decidieron extirpar su tiroides y los ganglios linfáticos cercanos como medida preventiva. "Fue un golpe tras otro. Me costaba mantenerme positiva, pero sabía que tenía que seguir luchando".
Tras la operación de tiroides, esperaba recuperar algo de normalidad en su vida. Sin embargo, en agosto de 2024, fue diagnosticada con insuficiencia renal, una consecuencia tardía de los tratamientos intensivos que había recibido durante su infancia. Ahora, ha comenzado a recibir diálisis para mantener su función renal mientras continúa adaptándose a esta nueva realidad.
"Es muy difícil, pero he aprendido a vivir un día a la vez. He sobrevivido a varios tipos de cáncer y ahora me enfrento a la insuficiencia renal. Mi cuerpo ha pasado por mucho, pero sigo adelante", dijo la joven.
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A pesar de las dificultades, ha decidido utilizar su experiencia para ayudar a otros. A través de su cuenta de Instagram, comparte su historia de superación para crear conciencia sobre el cáncer infantil y la importancia de la detección temprana. También ha organizado eventos benéficos para recaudar fondos para organizaciones que la han apoyado a lo largo de su lucha.
En abril de 2024, celebró una gala benéfica en la que recaudó más de 10,000 libras, y tiene previsto realizar otro evento en mayo de 2025 para conmemorar cinco años de remisión.
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"Mi objetivo es ayudar a otros y demostrar que, aunque la vida sea dura, siempre hay una manera de seguir adelante", afirmó Kimberley con determinación.
A pesar de los efectos secundarios permanentes de sus múltiples tratamientos, Kimberley sigue trabajando para llevar una vida lo más normal posible, a la vez que lucha por concienciar sobre las enfermedades que ha enfrentado. Aunque el camino ha sido largo y doloroso, su espíritu de lucha sigue intacto.