Días, semanas, meses caminando, así viven los migrantes venezolanos que recorren las carreteras de Colombia de sol a sol, enfrentando todo tipo de peligros. Familias enteras han empacado su vida en un morral, soportando frío, hambre y la incertidumbre de no saber qué les deparará el camino.
Rafael tiene 29 años y viaja solo. María Ángela, de 30 años, viaja con su pareja y sus tres hijas. Erika, de 32, camina con dos amigas y cinco niños. Todos ellos buscan escapar de las condiciones de Venezuela. "No es que no haya trabajo... está muy mal remunerado", explican. Con la esperanza de encontrar oportunidades, todos se dirigen a Perú, donde han oído que hay empleo y menos restricciones para trabajar.
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La Organización Internacional para las Migraciones, OIM, estima que más de 300.000 venezolanos atravesaron Colombia el año pasado. Sin embargo, es difícil tener un número exacto, puesto que muchos entran de manera ilegal y no son contados en las estadísticas de las organizaciones estatales y humanitarias.
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Alexandra Álvarez, directora social de la empresa francesa que opera la carretera entre Bogotá y Girardot, lidera Vía Esperanza, un espacio dedicado a atender a los migrantes en tránsito.
"Estamos en Vía Esperanza, es un espacio donde atendemos a los migrantes en tránsito, hay una zona para que jueguen, también hay enfermería, los recibe una profesional social. Los saludan siempre con una sonrisa, que eso te cambia el día, te da una bebida caliente, porque acá hace mucho frío, te da hidratación, te da un brazalete reflectivo para que sean visibles en la carretera”, comentó Alexandra a Los Informantes.
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La iniciativa de Vía Esperanza comenzó en 2019, inspirada en la inquietud de un antiguo gerente de la carretera. "Me llamó un día y me dijo Alexandra hay caminantes... me dijo haz algo, son nuestros usuarios”. Desde entonces, el proyecto ha crecido, ofreciendo café, agua, Wi-Fi y más servicios gracias a la colaboración de organizaciones como la Cruz Roja y el Servicio Jesuita para Refugiados.
"Es como uno oasis, como que llegas acá y hay esperanza, todo va a salir bien”, señaló Alexandra. Hoy en día, el centro cuenta con servicios de primeros auxilios, apoyo psicológico, entretenimiento para niños y asesoría jurídica, brindando esperanza a quienes han dejado todo atrás en busca de un futuro mejor.
La travesía de estos migrantes continúa, pero en Vía Esperanza encuentran una mano amiga en su difícil tránsito por Colombia.