A Juan Pablo Montoya no le importa que lo tilden de odioso, le resbala que piensen que es arrogante y ni siquiera le ofende que le repitan algunos insultos.
Mira también:
Al que ha sido de lejos el mejor piloto de la historia de Colombia lo único que parece importarle hoy es que su hijo mayor, Sebastián, se convierta en un automovilista ganador como él o mejor.