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Cabezote Los Informantes

Una Navidad negra en febrero: Un tesoro cultural de Quinamayó, en el Valle del Cauca

En el corazón del Valle del Cauca, Quinamayó guarda un secreto especial: su Navidad negra se celebra en febrero, en una festividad que rinde homenaje a sus raíces afrodescendientes.

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Cuando todavía existía la esclavitud, a los esclavos no los dejaban descansar, ni siquiera en Navidad , entonces decidieron inventarse su propia Nochebuena, una fiesta que se celebra en febrero y donde todos los personajes son afrodescendientes desde María y José hasta los ángeles y el Niño Jesús. Los Informantes visitó Quinamayó, en el Valle del Cauca y se dejó contagiar por la magia de la Navidad negra.

Es la Navidad de nuestros ancestros, tal la vida de nuestros ancestros, de nuestra raza, usted va a ver el niño y el Niño Dios es negro”. “La llegada de nuestro Niño Dios negro en el mes de febrero, para nosotros febrero significa todo, nos alistamos para esa Navidad, la Navidad con las características y tradiciones de la etnia negra”, “Pero no quiere decir que lo negro sea malo cuando llamo Navidad negra, sino que era lo que ellos sentían, el auge de sentir la Navidad organizada por la misma etnia afrocolombiana, afro que es que significa negro”.

Existe un pueblo donde la Navidad se celebra en febrero y el Niño Dios es afrodescendiente, sí negro, se llama Quinamayó, en el Valle del Cauca y solo allá, en ningún otro lugar del mundo, Jesús no nace el 25 de diciembre sino 40 o 45 días después.

¿Dónde lleva usted esta Navidad? En la sangre, en las venas, en todo el cuerpo, me erizo”. En esta Navidad única y negra, el clásico pesebre con choza de paja le da paso a un altar de colores que resguarda al niño mientras le llega su hora de nacer, no hay botas, ni árboles, pero sí un palo con cintas blancas llamado pabellón donde los ángeles lo protegen de todo mal. Y en cambio de villancicos suenan alabanzas, cantos de adoración y de libertad. “Lo que ellos no tuvieron lo tenemos nosotros ahora, por eso la celebramos con tanta alegría y con tanto orgullo”.

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El niño Dios de Quinamayó es católico, apostólico y romano, pero de raíces africanas y claro, muy colombianas, es una mezcla de las tradiciones religiosas que los esclavos recibieron de los conquistadores españoles con las costumbres con las que llegaron a América. Algunos fieles nos piden que no solo notemos su color de piel, sino que nos fijemos también en que tienen los brazos abiertos, pues es generoso como ellos. “Yo lo cuido durante todo el año hasta que llegue el mes de febrero que es cuando él nace”.

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