Además de retratar una Bogotá de antaño como dibujada en la ficción, en la cinta comparte con su papá. Aprendió en la calle cómo ser un ‘ñero’ de verdad. Gracias a unos amigos del colegio que se fueron a vivir a Suiza logró reencontrarse con este filme que cuadro a cuadro se ha vuelto un legado familiar.
La tragedia de Armero las separó y se reencontraron 34 años después Como si fuera su mamá, cuidadora salva a monos aulladores rojos de la crueldad humana