La olla más emblemática de Medellín está transformando sus calles para que los habitantes puedan disfrutar del cine y crispetas al aire libre. El 'Bronx' paisa donde viven más de 600 personas que no tienen techo espera ser recuperado, al menos, dándoles un pequeño espacio para el ocio fuera de su cotidianidad y el vicio que llevan a diario.
Por primera vez, los habitantes de calle pueden disfrutar del cine, un cine hecho a su medida, gratis, al aire libre y, sobre todo, un cine donde puede compartir un espacio sin rechazo. Un reflector proyecta las películas en una puerta metálica del local de remates ‘El Gomelo’, ahí con crispetas en mano disfrutan de su sala cinematográfica.
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“Voluntarios amigos sentados al lado de habitantes de calle todos viendo la misma película comiendo las mismas crispetas. Es como hacerle entender a la gente que cuál separación, cuál brecha. De que estás hablando si te puedes sentar con alguien al lado y no te va a pasar nada”, aseguró Jorge Calle, director de la Corporación Everyday Homeless.
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Calle es bogotano, pero crianza y de corazón paisa, tiene 38 años y desde hace 12 recorre con una cámara al hombro las calles más peligrosas de Medellín. La misión de este fotógrafo no solo es retratar la crueldad de la vida en las calles, sino sacar la educación, la cultura de los salones y de los teatros y llevarlas a esas ollas que tanto ha conocido.
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“Que no haya oportunidades para los niños, jóvenes y para las familias, para nosotros es muy preocupante todo esto, entonces por eso decidimos quedarnos acá, sacar el cine a la calle con los niños y habitantes de calle. Son acciones pequeñas, pero que uno puede ir impulsando ese amor por el territorio”, mencionó.
Everyday Homeless hacen mucho más que presentar películas en la olla, organizan encuentros entre profesionales y personas en condición de calle, además, de actividades con niños que viven en los inquilinatos de la zona para que nunca lleguen a habitar esas calles, también hacen talleres de prevención con sus familias y ayudan a menores migrantes a entrar al colegio. Es de alguna manera, “educar a la gente para que no consuma”.
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Según las autoridades, en Colombia más de 35 mil personas viven en la calle, casi un cuarto de ellas en la capital antioqueña. El 'Bronx' de la ciudad paisa se encuentra en pleno centro de la ciudad, huele a cigarrillos sin filtro, bazuco, marihuana, hay cambuches y expendios de droga y más cosas de las que se puede imaginar.
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“El objetivo de nosotros es mitigar y prevenir la habitancia de calle, a través de diferentes estrategias pedagógicas, sociales, sostenibles e innovadoras”, afirmó Nataly Cartagena, abogada y especialista en derechos humanos y directora de la corporación. Además, Calle apuntó que la idea es hacerle entender a las personas que habitar en la calle es “parte de la condición humana que lo que está mal es que la sociedad se haga la de los ojos cerrados”.
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Jorge Calle y Nataly Cartagena se conocieron cuando eran voluntarios de una fundación que repartía pan y aguapanela a quienes dormían debajo de los puentes. Él tomaba fotos de esos testimonios desgarradores de habitantes de calle, mientras ella, investigaba y escribía historias sobre su experiencia, pues su hermano mayor cayó en el mundo del vicio.
Al final se unieron los dos para construir Everyday Homeless y desde entonces su trabajo y el amor con que lo ejercen hace que sea posible que las personas que viven en la calle tengan un espacio de diversión, un espacio para salir de su mundo, del infierno de las drogas y el rechazo.