Como si fuera una batalla campal, unas tres mil mujeres se encuentran una vez a la semana en una vereda en Muzo, Boyacá y después de una espera eterna detrás de unas rejas, corren a llenar unos costales con los restos de tierra que dejó la mina para ver si tienen la suerte de encontrar una esmeralda que les cambie la vida. Agarradas con las uñas a la ilusión de una guaca.
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No importa si son jóvenes o viejas, si están sanas o enfermas, la misión es arañar la tierra, llenar a tope los costales que puedan y revisarlos con cuidado para ver si se asoma por fin la suerte y un verde destella entre tanta necesidad. Cada semana tres mil mujeres corren despavoridas cuando les dan la largada detrás de un milagro. Los Informantes llegó a La Voladora y vivió la batalla por la ilusión de encontrar, aunque sea unas chispitas de esmeraldas.