El periodista Andrés Wiesner se encontró con un panorama de desplazamiento, reclutamiento de menores, desnutrición, pobreza y embarazo adolescente cuando visitó por primera vez el barrio Altos de Cazucá en Soacha. Él, hijo de futbolistas, tuvo una idea: llevar un balón para invitar a los niños del sector a jugar y así nació la Fundación Tiempo de Juego.
Con el paso del tiempo, cada vez más niños se dejaron tentar por los balones y la fundación creció al punto que gran parte de la comunidad se involucró. Aunque las problemáticas del barrio Altos de Cazucá aún persisten, Tiempo de Juego ha cambiado la vida de varios niños y les ha enseñado a soñar con un futuro lleno de oportunidades.