Sus padres campesinos la bautizaron como Anayibe Rojas, aunque nunca la registraron. Desde los 17 años ella se hizo guerrillera y cuando fue capturada y extraditada como un ‘pez gordo’ a Estados Unidos, la justicia la identificó como Omaira Rojas, pero ella prefiere que la llamen simplemente Sonia, el nombre que usó en la guerra y el que mantiene ahora.
Mira también:
Sonia cobró importancia cuando las FARC exigieron su regreso y el de Simón Trinidad, también extraditado, para firmar la paz. Eso nunca ocurrió y ella tuvo que cumplir su condena de 16 años de cárcel para poder volver al país y reencontrase con un hijo que tuvo cuando era una guerrillera clandestina. Ella mantiene su acento campesino, además de las duras vivencias que le han curtido su carácter y que le enseñaron a desconfiar de todo el mundo.
La famosa exguerrillera ha comparecido ante la JEP, la Comisión de la Verdad y ahora colabora con la Unidad de Búsqueda, recabando información de posibles fosas. Su aporte ha sido crucial para ubicar 5 cuerpos. Por primera vez Sonia habla frente a una cámara sobre su pasado en las FARC, su condena en una cárcel de máxima seguridad y su regreso a Colombia.