‘Paola’, a quien no le gusta que le digan prostituta sino dama de compañía, cuenta los principales clientes de este lucrativo negocio son ciudadanos extranjeros y la función de ‘La Madame’ era prestar los servicios de alquiler de casas y yates.
La realidad es contundente: Cartagena parece un prostíbulo a cielo abierto. No importa si es de día o es de noche, en gran parte de la ciudad es posible ver el crudo negocio de la carne, pues como dice ‘Paola’, este es un trabajo como cualquier otro y con el cual se puede dar el lujo de poner fecha de retiro.
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