Si se siente amenazada o que su vida corre peligro, puede marcar a la línea 155 de la Policía Nacional.
“Quieta, quietica, que esta noche nos vamos los dos”, fueron las palabras del exesposo de Katherine mientras la apuntaba con un arma en la cabeza. Ella se niega a ser revictimizada y envía un mensaje de lucha. Quiere ser oída en nombre de todas las mujeres que, a diario en Colombia, son víctimas de feminicidio, maltratos y abusos.
Una bendición en el infierno del destierro es este campo de refugiados en La Guajira Mábel Torres, una sabia chocoana que quiere modernizar Colombia