Santiago Cruz tuvo que salir de un abismo profundo y oscuro al que lo llevaron el alcohol y las drogas para convertirse en el artista talentoso y querido por todos. Ha tenido unas experiencias muy difíciles que lo han hecho no solo más fuerte si no más consciente del propósito de su vida. Por eso, sin ninguna vergüenza, encaró su paso por el oscuro mundo del vicio y sus fantasmas. La grandeza de Santiago sin la cruz a cuestas.
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El alcohol y las drogas casi acaban con la carrera de Santiago Cruz y fueron el refugio perfecto para tramitar la ausencia de su padre cuando era un niño y otros asuntos sin resolver, pero el poder de una guitarra, el talento y las ganas de que la gente escuchara sus canciones fueron su mejor terapia. Se necesita mucho valor para las adicciones y limpiarse el alma. Las notas más honestas de un artista enorme.