Todos los días Roosvelt Morales les cocina a aquellos que pasan a su lado con hambre, especialmente a los niños que andan por las calles sin zapatos y sin sus padres en el barrio El Pozón, de Cartagena. Él, que parece un verdadero ángel de la guarda, a diario se revela contra la pobreza para ayudar a los hambrientos y a todos los que necesitan de él.
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LOS INFORMANTES
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Roosvelt Morales tiene una historia de esas que no son fáciles, su madre se murió de cáncer, se quedó sin plata y sin casa, pero le dio la vuelta a su destino y ahora se dedica a ayudar a los demás. Como si fuera poco, además de su admirable labor, actualmente está criando seis niños de una mamá desesperada que no tiene dinero.