A través de tres puntos milimétricos ingresaron al feto, sin abrir el útero de la mamá eliminando un quiste que mezcla líquido, nervios, membranas y piel.
Jerónimo es uno de solo 20 pacientes que han sido operados con esa técnica en el mundo. Si bien el proceso no es curativo, los médicos aseguran haberle dado entre un 70 y 80 por ciento de posibilidades de tener una vida normal. Los riesgos a futuro son: imposiblidad de caminar, incontinencia urinaria y fecal y, en el caso de los varones, disfunción eréctil.
La espina bífida se puede prevenir hasta en un 70% si la mamá gestante toma ácido fólico.
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