En 2014, Ányelo Palacios denunció una red de prostitución dentro de la Policía Nacional y tras el escándalo, conocido como la ‘comunidad del anillo’, asegura que recibió tantas amenazas que decidió irse de Colombia. En entrevista con Los Informantes, de Caracol Televisión, el exoficial contó detalles de lo sucedido, de su nueva vida y aseguró que faltan nombres por revelar.
Según contó, no vio otro camino que huir de Colombia porque las amenazas y persecuciones eran constantes: “que te paren en un semáforo y te digan ‘te vamos a matar, te vamos a secuestrar’; entonces yo digo ‘Dios mío, yo qué hago, para dónde cojo’”. A esto se le sumaba la inestabilidad económica por cuenta del resonar de su nombre.
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Y es que Ányelo Palacios terminó destituido de la Policía porque, asegura, después de sus denuncias sobre la red de prostitución, le abrieron “una cantidad de procesos disciplinarios y penales”. Con esta situación, iba a “pedir trabajo, tocar puertas” y le decían: “ah, pero usted es el del anillo, el capitán Palacios, ah no, vienen por usted y nos matan a todos”.
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El infierno en la Policía
El exoficial comenta que, proveniente de una familia humilde, se las ingenió para ingresar a la Policía Nacional desde que era un adolescente, pero a los pocos meses de lograrlo comenzó a vivir un infierno.
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“Cuando yo llegué a la Policía Nacional era un joven, un niño, mi primera sexual fue el abuso de más de cinco personas en una noche. Ya iba a cumplir 17 años”, relata Ányelo Palacios, enfatizando en que al interior de la institución había una red delincuencial.
“Siempre, con la venia de algunos oficiales, nos sacaban de la escuela, algunos drogados por un agua, por un café, por lo que sea, perdías el conocimiento y amanecías el otro día en el alojamiento”, afirma.
Ányelo Palacios asegura que el principal culpable de su calvario en la Policía fue el coronel Jair Castellanos Soto, un oficial que tenía influencia con políticos de la época y que reclutaba cadetes de escasos recursos para ofrecerlos a diferentes personalidades a través de un catálogo. Aunque dice que aún hay nombres que no se han hecho públicos, revela que las autoridades sí tienen sus declaraciones sobre “políticos, personas o grupos delincuenciales y algunos oficiales de muchas entidades, no solamente la Policía”.
Su llegada a EE. UU.
Luego del escándalo, por el que los coroneles en retiro Jair Castellanos y Wilmar Torres fueron condenados a 10 años de cárcel por el delito de constreñimiento, Ányelo Palacios ya sin el uniforme, sin protección y sin que nadie le diera trabajo decidió buscar el sueño americano y lo hizo como de manera irregular.
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“En Cancún me recoge un grupo de personas en México, allá duro casi 5 días en una situación tenaz”, revela diciendo que un grupo lo tuvo retenido y, para poder continuar y cruzar el río que divide a México de Estados Unidos, le tocó pagar más de 30 millones de pesos. Luego, estuvo en la cárcel por casi dos meses y medio hasta que su solicitud de asilo fue aprobada y empezó una nueva vida.
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Pese a que su situación hoy está mejor que hace dos años que cuando llegó, aún vive en un barrio humilde en Orlando, donde alquila un cuarto en una casa que comparte con otros 10 migrantes, hace carreras de Uber en un carro que compró con esfuerzo y trabaja en una oficina que le ayuda a los latinos a comprar sus primeras propiedades.
“Es decepcionante, porque los que somos víctimas y los que denunciamos siempre somos los malos. Pero si algún día que yo sienta en mi corazón que tengo que hablar más, lo hago, no le tengo miedo a nadie, créame que no, ya lo hice en su momento y lo vuelvo a hacer”, puntualizó Ányelo Palacios en Los Informantes.