La próxima semana vuelven los Grammy Latinos con Shakira , Karol G , Fonseca, Carlos Vives , Juanes y otros grandes, pero detrás de ese boom musical hay otras voces menos visibles, pero muy poderosas y representativas de nuestra música. Los Informantes siguió el rastro de la reina del bullerengue y se encontró en Nueva York al productor que logró recibir nueve nominaciones y un Grammy por el que Petrona Martínez esperó toda su vida. Así es el doctor del bullerengue y su musa.
“Hay una figura retórica, poética, de Petrona que es las penas alegres que para mí resume bien toda la esencia del bullerengue que es ejercer el canto como herramienta para mitigar los estragos de la existencia, ella canta sus penas y ella a partir de ahí vuelve las penas alegres”. El nombre podrá sonar a bullaranga, pero el bullarengue no es bulla. Es un canto capaz de convertir los dolores del alma en penas alegres, en cantos que encantan, que unen y que curan a todo aquel que se une a las ruedas de estas cantadoras y al ritmo contagioso de las palmas, de los tambores y de las totumas que usan como maracas.
Mira también:
“Petrona lo dice de una manera poética muy linda en la canción, con qué se alegra mis penas, con qué disipo mi llanto, no hablo de la vida ajena y me alegro con mi canto. En Occidente estamos enseñados a que la música es una comodidad, pero aquí la música tiene funciones sociales y psicológicas que son muy profundas”. Así lo descubrió el músico y productor Manuel García Orozco, nominado 9 veces al Grammy, con su productora Chaco World Music, gracias al poder de Petrona Martínez, la reina del bullerengue, una mujer que aprendió a cantar oyendo a sus abuelas mientras lavaban ropa en el río, que espantó las tristezas componiendo canciones que son verdaderos poemas y que se convirtió en un artista de talla mundial, pero sobre todo en la voz de un pueblo.
“Para mí Petrona no es como una mujer, Petrona es como una comunidad, Petrona es la voz de un pueblo y entonces como qué veces cuando pienso en Petrona como que pienso todas las cantadoras de bullarengue”. Si Petrona nació en 1939, en San Cayetano, Bolívar, entre la pobreza, el desarraigo y otras secuelas que dejó la esclavitud y creció rodeada de cantadoras en las ruedas de bullerengue que hacían en las fiestas patronales y hasta los velorios para mantenerse unidas, alegres y fuertes, Chaco, como le empiezan a decir en el colegio, nació y creció en una ciudad tan blanca fría y colonial como Popayán y luego en Bogotá, oyendo música en inglés de Michael Jackson y cantando los goles de la Selección Colombia.
Publicidad
Fue en una clase de la universidad cuando Chaco empezó a descubrir el encanto poético del bullerengue y esa colombianidad que no había encontrado en ningún otro ritmo. Encantado por el poder de la reina del bullerengue, este productor con pinta de rockero, viajó desde los Montes de María hasta el Pacífico colombiano, buscando la voz de las cantaoras. Este es el doctor del bullerengue, su amor por Petrona Martínez y sus nueve nominaciones. Una aventura desde la tierra del olvido hasta la meca de la música.