Lo que pasó en la Operación Berlín a finales del 2000 y en enero del 2001 es como para helarnos la sangre. La Fuerza Pública desplegó un enorme operativo contra las FARCen las montañas de los Santanderes y 20 años después siguen buscando los muertos y desenterrando la verdad. Murieron cerca de 70 menores de edad, entre los 14 y los 17 años, que la guerrilla usó adelante como carne de cañón. Los Informantes acompañó a los forenses y a los familiares en la dura labor de búsqueda entre las sepulturas y un dolor que no ha sanado todavía.
“Encontramos en una bóveda 25 cadáveres y eso hace que la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en los cementerios, no solo en este cementerio, sino en los cementerios en general sea muy compleja. ¿Cómo logramos saber que eran 25? Tal vez eran más, pero al menos la estructura que más se repetía entre todos estos huesos mezclados eran los cráneos y encontramos 25 cráneos diferentes, también encontramos cerca de 23 fémures derechos en esa bóveda, que es una bóveda que tiene 70 cm de ancho por 50 cm de algo, 2,20 metros de honda, pues encontramos 25 cuerpos totalmente mezclados”. Así de monumental y complejo es el trabajo por estos días en el Cementerio Municipal de Bucaramanga donde un grupo de forenses busca ahora sí, una aguja en un pajar.
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“Estamos hablando que un cuerpo tiene 206 huesos y estamos hablando de 25 estructuras óseas, estamos hablando de más de 4.000 huesos a los que se tendría que hacer genética para tratar de establecer cuáles corresponden a ese individuo que estamos buscando”. La unidad trabaja en algo muy parecido a una misión imposible por el caos acumulado en este cementerio que por décadas recibió cadáveres no identificados. Buscan a las víctimas de Operación Berlín, la mayoría menores de edad abatidos en uno de los episodios más apabullantes de la guerra. La Jurisdicción de Paz y la Comisión de la Verdad rotularon el caso como emblemático por su gravedad. En su rol de comisionado Saúl Franco investigó a profundidad. “Niños de la Columna que querían volarse o que intentaban volarse y la propia guerrilla a los ejecutaba o lo que dijimos por ejemplo de los niños que querían entregarse ya al Ejército y el propio Ejército los ametrallaba, inclusive ya detenido les daban tiros de gracia”.
Fue una batalla irracional en la que es difícil determinar quién cometió más abusos contra los menores si las FARC o el Ejército, ni siquiera se sabe con exactitud cuántos murieron. Ahora, 23 años después, en Bucaramanga tratan de hallar fragmentos de niños despedazados. “Esta Operación Berlín muestra una de las caras más degradadas de esta guerra y muestra acciones de degradación muy grande, tanto de parte de la guerrilla como de parte de la Fuerza Pública”. La Comisión de la Verdad tuvo acceso a testimonios y documentos reservados para descubrir la realidad de lo ocurrido.
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“Menores desertaron y ellos informaron y obviamente en lo que le informaron al Ejército estaba la información de que había una cantidad muy grande de niños, nunca vamos a saber exactamente cuánto, pero realmente la estimación es que al menos la mitad eran niños niñas y adolescentes, o sea, gente menor de 18 años. Realmente, al parecer eran unas 374 personas repartidas en seis compañías de 60 cada uno de ellos y ahí, como te digo, la mayoría eran niños niñas y adolescentes”. En el 2000, en Meta, las FARC crearon una columna móvil que debía desplazarse al Catatumbo para enfrentar la arremetida de los paramilitares, pero resultó que más de la mitad de la columna eran menores sin entrenamiento, experiencia ni dotación para la travesía de muerte que les impusieron.