¿Quién creería que esta familia dedicada a la siembra de tomate de árbol viviría en carne propia uno de los accidentes aéreos más dolorosos de la historia reciente en Colombia y Brasil? Fueron 71 personas que murieron el 28 de noviembre de 2016 y solo seis sobrevivieron. Él y su padre, un campesino de la zona, a punta de machete, abrieron paso a los rescatistas y fueron clave para salvar la vida de seis sobrevivientes del siniestro.
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Johan jamás se había subido a un avión y su primer vuelo fue uno internacional cuando viajó a Brasil para recibir un homenaje de esa nación y del equipo de Chapecoense por su labor y la de su padre en las tareas de rescate.
Johan Ramírez, el ángel del Chapeocense, recuerda la tragedia tres años después.