Para atrás ni para echar reversa, ese podría ser el eslogan de Mujeres en Primera, el primer club automovilístico en Colombia que decidió apostarle todo a las mujeres, meterle el acelerador a fondo a eso del empoderamiento femenino y ganarle la carrera a esos que todavía creen que las mujeres no sabemos manejar.
“Se piensa que la mujer no sabe manejar, o dicen que la mujer es bruta para manejar o tú vas por la autopista y el que va lento puede ser una mujer” “Cuántas veces no va uno por la calle manejando y no sé la embarra y dicen ‘tiene que ser mujer’, no necesariamente”. Estas colombianas amantes de la velocidad Nathaly Agudelo e Isabel Bravo, del club automovilístico Mujeres en Primera son la prueba reina de que las mujeres pueden pasar de primera a quinta en un abrir y cerrar de ojos y ser más rápidas y relajadas en la pista que cualquier otro piloto rápido y furioso.
“Aquí debes tener la cabeza bien fría, tener muy claro que es lo que vas a hacer o se te empieza a calentar la cabeza”. Con su cabeza fría, con un carro rosado que nunca pasa desapercibido en el Autódromo de Tocancipá y con Mujeres en Primera, el único club de carreras en su género demuestra dentro y fuera la pista que las mujeres tienen el mismo talento que los hombres para manejar mucho y muchos menos riesgos de accidentarse que la mayoría de los hombres.
“Jamás he tenido un accidente de tránsito, soy una mujer muy responsable, al que tengo es que la pista se hizo para correr y la calle para ser responsables”. Y no lo dicen ellas, lo dicen las estadísticas de las aseguradoras, de cada 10 muertes de accidentes viales, 8 son de hombres y solamente de mujeres. Así que los que realmente se estrellan y muy duro son los que siguen insistiendo en eso de las mujeres no saben manejar.
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“Hoy en día hay muchos que dicen que las mujeres están hechas para estar en la casa o hacer ciertos roles y los hombres para trabajos de carga, de fuerza, entonces yo creo que eso es un tema como de generaciones de generaciones, entonces ya vemos hoy mujeres que manejan tractomula o mujeres que manejan Transmilenio, eso es un gran avance” El problema ha sido cultural.