En Toledo, un pueblo cafetero de Norte de Santander, viven dos seres humanos extraordinarios. Son las únicas pacientes en Colombia con una enfermedad congénita, rara, severa e incurable, que reseca y marchita la piel y va deformando las extremidades como las ramas de un árbol viejo. Por eso a Alicia Cañas y a su hija las conocen como ‘las mujeres árbol’ porque su piel se va pareciendo a áspera corteza de un árbol. La sombra oscura y larga de la adversidad.
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Alicia y Yurley Cañas, mamá e hija, padecen una enfermedad congénita muy rara que reseca tanto la piel y de una forma tan severa que su cuerpo se va pareciendo a la corteza de un árbol leñoso, las escamas de la piel que todos tenemos y que casi no se nos nota, a ellas se les convierten en unas verrugas gigantescas, incómodas y muy dolorosas. Los Informantes las visitó y aunque en el pueblo a ellas las conocen como ‘las mujeres árbol’, conoció las grietas del dolor, las raíces de la discriminación y la sombra larga de una enfermedad extrañísima e incurable.