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Cabezote Los Informantes

Mujer sobrevivió al Holocausto escondida en un armario durante dos años: impactante testimonio

A 80 años de la liberación de Auschwitz, dos mujeres compartieron en Los Informantes sus conmovedores testimonios de supervivencia durante el Holocausto, cuando eran solo niñas.

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El 27 de enero de 1945, el campo de concentración y exterminio de Auschwitz fue liberado, marcando el fin de uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad. En conmemoración de los 80 años de este evento, dos mujeres, que eran solo niñas durante el Holocausto, compartieron en Los Informantes sus historias de supervivencia.

La historia de Irene Shashar

Irene Shashar, una niña que sobrevivió al Holocausto escondida en un armario recuerda las palabras de su madre.

“Amor de mi vida, yo voy a venir traerte para comer, pipi vas a hacer en esta bacinica y cada vez que yo te traiga la comida la voy a vaciar, pero no me llamas, no lloras, no te quejas, no me necesitas para nada, habla con tu muñequita, pero no conmigo... si te portas bien todo esto va a terminar en un dos, por tres’”, recordó la sobreviviente.

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La guerra, sin embargo, no terminó rápidamente. Irene sobrevivió al Holocausto porque su madre la escondió durante dos años en un armario pequeño y oscuro.

"¿Qué pecado pude haber cometido? Pero a pesar de eso, y por el mero hecho de haber nacido judía, de padres judíos, abuelos, antepasados judíos, los alemanes, los nazis, y Hitler a la cabeza, decidió que había que terminar conmigo, con mis padres. Y el primer paso que tomó fue echarnos a todos los judíos de Varsovia al Gueto de Varsovia”, señaló Irene.

Irene Shashar sobrevivió al Holocausto porque su madre la escondió durante dos años en un armario
Irene Shashar sobrevivió al Holocausto porque su madre la escondió durante dos años en un armario
Foto: Los Informantes

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La vida en el Gueto de Varsovia

El Gueto de Varsovia era una zona cercada con alambres de púas donde confinaron a todos los judíos de Varsovia y otras regiones de Europa. Se estima que vivieron ahí hacinados casi 40.000 personas, entre ellos Irene, su papá y su mamá.

Durante los tres años de existencia del gueto, el hambre, las enfermedades y las deportaciones a campos de concentración y exterminio redujeron su población.

El hambre, la escasez y el miedo eran su realidad. Asesinaron a su padre y su madre supo que tenía que actuar pronto: primero le cambió el nombre judío que tenía su hija, Ruth, por Irene y arriesgó la vida de las dos arrastrándose bajo tierra para salvarse.

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“Se ingenió en abrir unas coberturas del desagüe del Gueto de Varsovia, por la alcantarilla”, relató Irene. Luego de andar por los subterráneos de Varsovia vieron una luz.

El amor de una madre y la madurez de esa pequeña niña sabían que era eso o la muerte. Irene, hoy con 87 años, sabe que está viva gracias al amor y a la valentía de su madre y no se cansa de pensarla y de agradecerle todos los días.

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El testimonio de otra sobreviviente

Rena Quint también era una niña durante la guerra y sobrevivió al Holocausto por el amor y la valentía de cinco mujeres que fueron como unas madres para ella: la mujer que la dio a luz, la profesora que la cuidó, la que la llevó a Estados Unidos, la mujer que la quiso adoptar y la que al final se convirtió en su madre. Pero esto fue fue después de mucho sufrimiento.

Rena Quint sobrevivió al Holocausto por el amor y la valentía de cinco mujeres
Rena Quint sobrevivió al Holocausto por el amor y la valentía de cinco mujeres
Foto: Los Informantes

Doña Rena no sabe de qué color eran los ojos de su mamá ni de sus hermanos, pero sí recuerda perfectamente esa última vez que los vio. Todos murieron en Treblinka, el campo de exterminio de donde nadie salía con vida.

Después de mucho buscar para saber algo de su pasado, solo cuando cumplió 54 años supo la verdad: que había nacido en la ciudad de Piotrków el 18 de diciembre de 1935, sus papás la llamaron Frezia Lichtensztein y cuando tenía tres años y medio, empezó la guerra y terminaron viviendo, como Irene, en el Gueto de Varsovia. Pero sin su padre, que se llevaron a trabajos forzados en una fábrica de vidrio de la zona.

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Un mal día empezaron las deportaciones a los campos de exterminio. Anunciaron en el gueto que debían empacar sus cosas y presentarse en la plaza principal. Lo cumplieron y Frezia con seis años, siempre de la mano de su mamá y sus dos hermanos. Los empujaron con el resto de gente hasta la sinagoga. Era todo confusión y miedo, pero una puerta se abrió y fue la ventana de la pequeña Frezia a la vida.

No se explica qué pasó, pero lo cierto es que corrió, salió por esa puerta de la mano de un hombre que no recuerda quién es y nunca más volvió a ver ni a su mamá ni a sus hermanos. Pero se reencontró con su papá. Durante casi tres años esquivó la muerte haciéndose pasar por un niño de 10 años, sin hablar casi nada, asustada siempre de que la descubrieran, pero su historia de supervivencia no terminó allí. Un verdadero ejemplo de resiliencia.